Los vecinos de varias parroquias de Pazos de Borbén y Redondela vivieron durante toda la jornada de ayer una pesadilla que tardarán de olvidar. Un voraz incendio, iniciado durante la madrugada en Padróns (Ponteareas) supuestamente intencionado, se extendió durante la noche por la comarca redondelana afectando a varias parroquias. Las llamas cercaron varios núcleos de población, en los que se desalojó a los vecinos por la cercanía a las casas, y a última hora de ayer ya había arrasado más de 1.500 hectáreas de monte.
Cuatro focos diferentes, consecutivos y pegados a la carretera, fueron la causa de este incendio forestal, uno de los más importantes de los que afectaron ayer al sur de Galicia. Así lo confirmó ayer la propia conselleira del Medio Rural, Ángeles Vázquez, desde el puesto de mando avanzado que se ubicó en Pazos de Borbén, desde donde se movilizaron quince motobombas, tres helicópteros y tres aviones.
Las zonas más afectadas fueron las parroquias de Nespereira, Amoedo y Cepeda, donde hubo que desalojar varias casas durante la mañana por la cercanía de las llamas. Incluso el fuego alcanzó un almacén de cervezas y una nave de palés de la zona alta de Cepeda, que sufrieron importantes desperfectos. En esta parroquia también ardió una furgoneta y un remolque que estaban aparcados en la finca de una vivienda, y los residentes de la zona consiguieron sofocar las llamas con mangueras, cubos de agua y palas cuando estaban a escasos dos metros de la casa.
La voracidad del fuego, impulsado por el viento, causó situaciones de pánico en este pequeño núcleo de población, arrasando incluso los terrenos de cultivo situados junto a los hogares. "Por la noche esto parecía el infierno. El fuego avanzaba sin control, lo apagabas por un lado y prendía por otro. Pasamos mucho miedo porque no teníamos ningún tipo de ayuda, ni una brigada, nos enfrentábamos solos los vecinos con los pocos medios que teníamos a nuestro alcance como mangueras y palas", afirma Nieves Mouriño, una de las residentes. Junto a su casa explotó una bombona de butano que se encontraba en la finca del vecino, que en ese momento no se encontraba en la casa porque reside en Alemania. "La explosión fue tan fuerte que vibró toda la casa. Menos mal que no había nadie porque estaríamos lamentando una desgracia", indica.
Otro de los residentes, Baldomero Ferreira, no cesó en todo el día de refrescar su finca quemada por temor a que reviviese el fuego. "Ha sido muy duro, no recuerdo un incendio tan fuerte y tan cerca de las casas. Hubo momentos en los que estábamos rodeados por el fuego, ardiendo hasta las fincas. Las llamas llegaron hasta un corral en el que guardo los animales, pero por suerte pudimos sofocarlo", explica.
En otras zonas como el barrio de O Valado, en Nespereira, la cercanía de las llamas y el humo obligó a desalojar las casas a las ocho de la mañana. "Pasó la Guardia Civil y nos dijo que dejáramos las casas porque el humo era muy denso, aún tenemos el susto en el cuerpo, hubo momentos en los que estábamos desesperados porque el fuego estaba pegado a las casas, era impresionante cómo avanzaba", afirma Carmen Lorenzo, agotada tras pasar toda la noche luchando contra las llamas. Desde su casa asegura que se escucharon las explosiones cuando el fuego alcanzó unas naves de distribución de cervezas y de palés en la parroquia vecina de Cepeda. "Nunca vi nada igual, avanzaba rapidísimo, en unas tres horas de horas se había propagado por O Galleiro y Cepeda y llegaba a Amoedo", indica. Su vecino, Miguel Ángel Vidal, dejó a los bomberos que llenasen los vehículos nodrizas con el agua de la piscina de su casa para evitar que tuvieran que desplazarse a otros puntos.
Los vecinos de otros barrios también se desplazaron hasta esta zona para colaborar en las tareas de extinción, sobre todo por la noche en Cepeda y O Galleiro. "Todos ayudamos con lo que podemos porque la situación es muy complicada. Llevamos desde la madrugada luchando contra el fuego, que avanzaba sin control y con una gran voracidad por el viento. En menos de una hora las llamas se desplazaron desde el monte de O Valado hasta Cepeda y no había forma de pararlo", comenta Domingo Barciela, un residente del barrio de Alvite, en Nespereira, que se desplazó a ayudar junto a un grupo de vecinos. Otra de las voluntarias, Verónica Álvarez, del barrio de Zoce, afirmaba que el fuego tuvo que ser provocado. "El que lo hizo sabía bien que iba a causar mucho daño porque el monte estaba muy seco y había mucho viento, y además comenzó por la noche que es más complicado de sofocar".
Nieves Mouriño | Vecina de Cepeda
"Pasamos mucho miedo, explotó una bombona en la casa de al lado"
B. Ferreira | Vecino de Cepeda
"No recuerdo un incendio tan fuerte y tan cerca de las casas"
Carmen Lorenzo | Vecina de O Valado
"Nos asustamos porque el fuego estuvo pegado a las viviendas"
Miguel A. Vidal | Vecino de O Valado
"Les dije a los bomberos que cogieran el agua de mi piscina"
Verónica Álvarez | Vecina de Zoce
"El que lo hizo sabía bien que iba a causar mucho daño"
