Si Jesús Guillén deslumbró a los asistentes, el ingeniero y profesor David Calle no fue menos levantando los aplausos de un auditorio en pie al cabo de su conferencia "Unicoos o cómo darle una vuelta a las clases". En ella, señaló la necesidad de poner pasión cuando se enseña, echando mano de la creatividad y del uso de material audiovisual propio (por ejemplo, vídeos). Así, se podría ´conectar´ a los alumnos a las materias pero, sobre todo, a aprender su aplicación práctica en la vida. Varios temas tocó agradeciendo la labor en unicoos de profesores sumados a su proyecto como Antonio, de A Guarda, que se encontraba ayer entre el público.

Marcar para siempre. "Cualquier cosa que hagáis en clase, cualquier cosa que digáis (los profesores) puede marcar la vida de ese alumno para siempre para bien o para mal. Los profesores marcamos para siempre y no nos damos cuenta cuando somos jóvenes. Tenemos la profesión más bonita del mundo. Estamos marcando el futuro de lo que pueden llegar a ser nuestros alumnos", señaló David Calle, quien recalcó que "la palabra fracaso no existe (...) Mientras no te encariñes con la piedra que te hizo caer, levantarse es una obligación".

El poder de las tres íes. En su conferencia, defendió la necesidad de hacer entender que la ciencia es "interesante". Para lograrlo -y esto se puede aplicar a otras ramas del saber- hay que tener en cuenta el poder de las tres íes: imagen, integración e interacción. La primera porque la actual generación está "acostumbrada más a ese formato que a un libro". Para este profesor, aprender a través de un vídeo (en ellos, él incluye imágenes de El Señor de los Anillos, El Coche Fantástico o Spiderman, por ejemplo? en casa puede reducir la frustración de los alumnos que piensan que son lentos aprendiendo. Ese sentimiento es el que les lleva a desconectar y a no querer aprender en clase, señala. De ahí, la importancia de la integración, para poner todos los alumnos al mismo nivel siempre y cuando vean los vídeos. Interacción porque "los vídeos suman, no sustituyen a nadie. La relación entre el profesor y el alumno no la puede cambiar nada", añadió.

Pasión y energía. Calle apuntó que "no hay recetas mágicas" para enseñar y motivar a aprender. Para mejorar la educación, recomendó "poner energía y pasión, preocuparse porque nuestros alumnos tengan ganas de aprender, aprendan y que lleguen a ser todo lo mejores que puedan". Parafraseando a Plutarco dijo que enseñar no es llenar la cabeza de datos sino "inspirar la ilusión por aprender, encender la hoguera de la vocación". ¿Cómo? Haciendo ver que "lo que estudian tiene que ver con lo que les mola", respondió.

Fuera prejuicios. También abogó por tirar abajo los prejuicios de que las matemáticas y física son difíciles. "Las próximas profesiones del futuro van a demandar materias tecnológicas. Muchas veces, hablo con alumnos de primero y segundo de Bachillerato que estudian física y no saben por qué vuela un avión, por qué funciona un móvil... pero sí saben de electromagnetismo. Deberían entender por qué surgen las cosas", criticó.

Sí, a los deberes. Calle se mostró "partidario de los deberes". Eso sí, deben ser deberes creativos, no cincuenta divisiones o 50 raíces cuadradas. "Sería chulo -añadió- decir para qué sirve una división, para ver si les engañan en la oferta de tres por dos de Carrefour", por ejemplo.

Motivación y creatividad. El ingeniero David Calle indicó que "si los chavales se esfuerzan y trabajan duro, cualquier cosa es posible (...). Los profesores no cambiaremos el mundo pero podemos ayudar a nuestros alumnos a que lo hagan".

Adiós a la frustración. Calle opinó que los alumnos están "frustrados" porque creen que "estudiar no sirve para nada" porque ven que está en el paro su padre, ingeniero. "Lo que tienen que intentar es ser felices, da igual el trabajo que acaben teniendo. Deben encontrar la pasión y esa capacidad de ser único respecto a los demás". Añadió que "no hace falta ser el mejor en matemáticas. Steve Jobs no era el mejor de su clase en matemáticas, pero tenía otras capacidades, era muy creativo".

Aula invertida. Además, recomendó dar la vuelta a la clase. "El modelo tradicional está guay pero no está adaptado a la sociedad en la que están nuestros chavales", indicó para aconsejar que los deberes consistan en ver vídeos sobre la materia en casa, que sean clases con trabajo colaborativo para aprender otras habilidades, de manera que el alumno sea una buena persona, respete las opiniones de los otros sin faltar, sean asertivos y buenos oradores.