Las inversiones de los gobiernos autonómicos se desplomaron durante los años de la crisis, hasta el punto de que ahora se destina a este capítulo menos de la mitad de lo desembolsado en 2009. Galicia no es una excepción. En los últimos siete años la Xunta recortó un 54,6 por ciento sus gastos de capital. De aportar 2.288 millones de euros en los albores de la recesión se ha pasado a una partida el pasado año de 1.036 millones de euros para obras e infraestructuras, 1.200 millones menos. A pesar de ello, la comunidad gallega está en una posición privilegiada si se la compara con otras autonomías. Es la tercera con mayor esfuerzo inversor y la sexta donde menos se metió la tijera.
Sin embargo, y a pesar del inicio de la recuperación económica, la Xunta sigue manteniendo a raya su gasto en inversiones y, de hecho, entre 2015 y 2016 redujo otro 18 por ciento la partida destinada a este capítulo (237 millones de euros menos). Y lo mismo ha ocurrido con la mayoría de las comunidades. Solo Baleares, Canarias, Madrid y País Vasco elevaron su esfuerzo inversor en el último ejercicio.
Esta situación es "ciertamente preocupante", según alerta el profesor de Ciencias Económicas, Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en un informe sobre "Las finanzas autonómicas". Destaca que en trece de las diecisiete comunidades autónomas la inversión productiva se ha reducido a menos de la mitad de su valor inicial. Solo en Baleares, Canarias, País Vasco y La Rioja el recorte estuvo por debajo del 50 por ciento.
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"Y no se observa recuperación en la parte final del periodo en la mayoría de los casos", advierte en su análisis. Fedea alerta además de las consecuencias de mantener estos recortes en las inversiones productivas. "De no corregirse en un tiempo razonable, esta situación terminará comprometiendo la calidad de los servicios públicos que las comunidades pueden prestar", advierte el profesor Ángel de la Fuente.
En su opinión, esta reducción en las partidas destinadas a inversiones es "insostenible". Y es síntoma, tal y como explica en el documento, de que los efectos de la crisis "no se han superado por completo". Así, aunque certifica que en 2016 hubo una "fuerte mejora" de las cuentas de las comunidades, advierte que esto puede ser "engañoso". Por un lado, porque el fuerte descenso del déficit está condicionado por "la liquidación favorable que hubo ese año en el sistema de financiación autonómica". Por otra parte, porque las autonomías están pagando "unos intereses artificialmente bajos" como resultado de los instrumentos de financiación que pone a su disposición el Gobierno. Y, en tercer lugar, porque se mantienen una inversiones muy bajas.
Y para que las comunidades "normalicen" sus gastos de capital y las partidas que destinan al pago de intereses sin que se dispare el déficit, Fedea advierte que tendrán que "hacer un esfuerzo de contención del gasto corriente que seguramente no resultará sencillo en las actuales circunstancias políticas".
En Galicia el año récord de inversiones fue 2008 con más de 2.597,4 millones de euros. Este elevado esfuerzo inversor se mantuvo al año siguiente, pero a partir de ese momento la crisis redujo los ingresos de las administraciones y obligó a recortar gastos. Para salvaguardar la sanidad y la educación, lo primero a lo que se le metió la tijera fueron las inversiones. En 2010 la reducción en los gastos de capital fue del 27 por ciento en Galicia. Y continuó bajando hasta tocar fondo en 2014 con 959,5 millones de euros. Aunque repuntó en 2015 hasta los 1.273 millones, de nuevo el pasado año sufrió otro descenso de 237 millones.
Y, a pesar de ello, la Xunta es el tercer gobierno autonómico con mayor volumen inversor. Solo la supera Andalucía, con 1.621 millones de euros, y Cataluña, con 1.068 millones.
De media en el Estado las administraciones autonómicas se vieron forzadas a recortar un 66 por ciento las inversiones productivas. Según los datos del informe, en 2009 se destinaban a este concepto 27.234 millones, cifra que ahora se ha rebajado a 9.201 millones de euros.
Galicia está entre las comunidades en las que menos han bajado las inversiones, por detrás de Madrid (51,5 por ciento menos), La Rioja (48 por ciento), Canarias (43,1 por ciento), País Vasco (42,8 por ciento) y Baleares (42,6 por ciento). Por el contrario, las autonomías con mayor descenso fueron Castilla La Mancha y Navarra.
