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Los embalses necesitan "unas pocas semanas de lluvia" para recuperar sus niveles máximos

Aguas de Galicia aclara que la ocupación de las presas de abastecimiento se sitúa en la media de los últimos cinco años

Aldea sumergida de Brocos, en el pantano de Portodemouros, en Vila de Cruces. // Bernabé/JavierLalín

Galicia atraviesa su invierno más seco desde hace nueve años. El bajo nivel de los ríos ha dejado estampas impactantes, con aldeas sumergidas que resurgen entre las aguas y márgenes fluviales de aspecto desértico. Pero esta situación que es "anómala", no es excepcional, según los expertos. "Cada cierto tiempo se suceden estos episodios", explica el profesor de Ingeniería Agroforestal de la Escuela Superior Politécnica de la Universidade de Santiago, Jorge Dafonte. La Xunta explica que, pese al bajo nivel de los ríos, el abastecimiento está garantizado. Los embalses se encuentran "en niveles similares a la media de los últimos cinco años", según la Consellería de Medio Ambiente, y "en pocas semanas de lluvias se alcanzarán niveles máximos".

Desde última hora de ayer las precipitaciones volvieron a Galicia. En Vigo la pasada noche cayeron ya las primeras lluvias y durante el día de hoy una borrasca traerá de nuevo a la comunidad gallega chubascos que serán más probables en la franja atlántica y en las zonas altas y que podrán ser localmente fuertes e incluso en forma de granizo en la mitad oeste. El tiempo lluvioso se mantendrá, al menos, una semana, según las previsiones de Meteogalicia.

Los embalses de abastecimiento de la cuenca hidrográfica Galicia-Costa están ahora al 69 por ciento de su capacidad. Según Augas de Galicia, se encuentran en la "media de los últimos cinco años". En 2016 por estas mismas fechas se encontraban al 72 por ciento. El profesor Jorge Dafonte aclara que, en todo caso, en esta época del año el nivel de ocupación de las presas tendría que ser algo mayor. Sin embargo, tanto este experto en recursos hídricos como la propia Xunta coinciden en que el abastecimiento de agua a la población está garantizado.

El descenso en la ocupación de los embalses es de solo tres puntos con respecto al año pasado. Por eso, Augas de Galicia cree que con solo "unas pocas semanas de lluvia" alcanzarían de nuevo niveles máximos.

Los embalses con menos reservas de agua son los de Vilagarcía, que está al 35 por ciento de su ocupación, y el de Caldas de Reis, que se encuentra al 43 por ciento, según el último boletín hidrológico de la consellería. El de Cecebre, que abastece al Concello de A Coruña, se sitúa en un 58 por ciento.

Mientras, el área de Vigo obtiene agua del embalse de Eiras, que tiene una ocupación del 79,8 por ciento, y del de Zamáns, que está al 72 por ciento. Pontillón do Castro, que nutre a Pontevedra, tiene el 67 por ciento de agua y el de Baiona llega al 92 por ciento.

Según el profesor Jorge Dafonte, el único problema podría surgir en aquellas poblaciones pequeñas que se abastecen de manantiales o de acuíferos.

Distinta, sin embargo, es la situación de los embalses hidroeléctricos.Están al 41 por ciento de su ocupación, muy por debajo del 92 por ciento que registraban hace un año. Según explican desde la Xunta, "la recuperación del nivel de agua de estas presas dependerá de sus explotadores y requerirá más precipitaciones ya que acumulan volúmenes mayores".

Acuíferos

Para la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, "lo preocupante" es el bajo caudal de los ríos. Y por eso ha declarado precisamente la situación de prealerta por sequía. Mientras que los embalses solo necesitan "unas pocas semanas de lluvia" para llegar a su nivel máximo, Aguas de Galicia calcula que para recargar el sistema hídrico y que el nivel de los acuiferos se recupere se necesitaría que los meses de febrero, marzo y abril sean húmedos "con las precipitaciones normales para esa época del año". Desde Medio Ambiente destacan que la clave no es solo la cantidad de agua que caiga sino "la continuidad en las precipitaciones".

El experto de la Escuela Politécnica Superior de la Universidade de Santiago cree que no se puede atribuir esta falta de lluvias al cambio climático. "Todavía no vemos un patrón claro en ese sentido", explica. Según aclara, estos episodios se repiten con cierta regularidad. Así recuerda que éste es el año más seco desde 2007 y explica que en el invierno de 1988/1989 Galicia sufrió también una severa sequía.

En su opinión, la situación será grave si en el tiempo que resta hasta el verano no llueve. Además Dafonte apunta que para recuperar el nivel de los acuíferos las precipitaciones deberían estar por encima de la media durante los próximos meses.

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