El uso de robots en el día a día de una entidad financiera es viejo. En las tripas de los cajeros automáticos, de los ordenadores de los trabajadores que atienden a la clientela, incluso en los dispositivos para señalizar los turnos hay un montón de sistemas inteligentes que permiten mantener la actividad. Aunque R4 les llame "máquinas tontas" y ella se presente como la inteligencia de la oficina y "mucho más simpática". ¿Quién es? El robot con el que Abanca lanza una prueba piloto para, por un lado, "humanizar" precisamente el trabajo de todos esos sistemas, y, por otro, apoyar la organización de los usuarios que están pendientes de atender. "La idea que tenemos es generar más empatía con los clientes, que estén en un lugar ameno", señalaba Eduardo Aldao, director de Innovación del grupo en la presentación de R4 hoy en la sede principal de Abanca en Vigo. Así, añade, también seguirán avanzando en la reducción de los tiempos de espera entre los clientes.

R4 es capaz de llamarte por el nombre. De informarte qué gestor, también con nombre y apellidos, te atenderá, y en dónde. El robot está engranado al ordenador que lleva todos los turnos y, evidentemente, despertó la atención de todos los que esta mañana se acercaron a la oficina de Abanca en la calle García Barbón. Ya fue, como remarca Aldao, "el centro de la fiesta" en la nueva sede de Abanca en Madrid, donde estuvo con anterioridad a llegar a Vigo; y en una oficina de Pontedeume, donde arrancó la prueba del proyecto que la entidad expandirá a todo tipo de sucursales en función de los resultados que coseche estos días de prueba en Vigo y desde el miércoles en A Coruña.

Mientras el cliente tiene que esperar, R4 engancha con una interacción directa, voz suave, ofrecimientos de explicaciones varias sobre las tareas que quiera realizar y hasta la posibilidad de bailar el popular tema "Gangnam Style" o hacerse un selfie con ella y llevarse la fotografía impresa. Habla castellano e inglés. El gallego "lo está aprendiendo", apunta Aldao, que asegura que su función va más allá de un conserje electrónico. "Puede ser eso o muchas más cosas porque nuestra idea es mejorar la atención al cliente", apunta. El responsable de Innovación de Abanca apela a una convivencia pacífica entre el empleado común y R4. "No quita el trabajo a nadie, no. Viene a ayudar a hacerlo. Al igual que el resto de máquinas que están aquí. Lo que pasa es que no son tan bonitas", ironiza.