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La lucha contra el fuego

El sector forestal suspende la labor de las brigadas municipales en prevención y extinción de incendios

Una encuesta realizada por Medio Rural entre 26 entidades rechaza que se le den ayudas a los concellos para limpiar el monte - Las cuadrillas de la Xunta, los refuerzos del ministerio y los militares consiguen el aprobado

La lucha contra los incendios absorbe anualmente unos 170 millones de euros de las arcas públicas. A pesar del esfuerzo económico y de medios, cuando se registra una elevada actividad incendiaria, como ocurrió este mes de agosto, la eficacia del dispositivo de extinción se pone a prueba. Desde la Consellería de Medio Rural defienden el buen funcionamiento del operativo, pero ¿se puede mejorar? Para responder a este interrogante el departamento de Ángeles Vázquez aprovechó la elaboración del Plan Forestal de Galicia para preguntar a veintiséis entidades vinculadas al sector, entre ellas varios organismos de la propia Xunta, asociaciones forestales, ecologistas, madereros, colegios de ingenieros y universidades. El sector da un aprobado raspado al operativo contraincendios, pero no dan su beneplácito a todas las administraciones. Mientras el dispositivo de la Xunta, el Ministerio de Agricultura e incluso los militares de la Unidad Militar de Emergencias pasan el examen, las brigadas de los concellos suspenden, no solo en sus actuaciones en materia de extinción sino también en las labores de prevención. E incluso el sector considera que no se deberían dar ayudas a los ayuntamientos para tareas de limpieza.

Las brigadas municipales obtienen la peor puntuación: un 2,1 sobre 5. Para el sector lo que funciona con más eficacia en la extinción de incendios es el uso de maquinaria pesada y motobombas (lo valoran con cuatro puntos). Las brigadas de la Xunta y del Ministerio de Agricultura consiguen algo menos de nota, en torno a un 3,7. En cuanto a la utilización de medios aéreos las entidades consultadas puntúan su efectividad con un 3,4 y la UME recibe tres puntos sobre cinco.

Pero si en las labores de extinción no sacan buena nota las brigadas municipales, en materia de prevención el varapalo es mayor (con una nota de 1,9). Es la peor puntuación, pero el sector es crítico también con la desidia de los propietarios que no desbrozan sus fincas y con la falta de limpieza en torno a las vías del tren. Tampoco les convence la actuación de la Administración autonómica que solo obtiene un 2,45.

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No es la primera vez que se cuestiona la eficacia de las cuadrillas municipales. Durante el gobierno bipartito, el entonces conselleiro de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal, adoptó una medida drástica y eliminó del dispositivo las brigadas de los concellos. El principal argumento que esgrimían es la falta de formación del personal contratado por los ayuntamientos para acometer tareas de extinción. Sin embargo, llegó la oleada de incendios de 2006 que quemó 86.000 hectáreas en solo quince días y el PP le echó en cara que hubiese prescindido de los brigadistas de los ayuntamientos. Cuando los populares retornaron a la Xunta en 2009 recuperaron las cuadrillas municipales tanto para sofocar fuegos como en tareas de prevención. Y este año se dio un paso más en su consolidación al blindar su financiación durante los próximos tres años. El Gobierno gallego destinará un total de 33 millones de euros entre 2016 y 2018 para financiar los convenios de colaboración con las entidades gallegas que hasta ahora se firmaban año por año.

El sector, sin embargo, consultado en junio y julio del pasado año, ya había mostrado sus dudas sobre la eficacia de las cuadrillas municipales. Entre las 26 entidades consultadas, hay seis organismos de la propia Xunta (cuatro subdirecciones xerais, el Instituto de Estudos do Territorio y la Axencia Galega de Innovación), el Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, las universidades de Vigo y Santiago, ecologistas como Amigos da Terra o la Federación Ecoloxista Galega, colegios de ingenierios y técnicos forestales, ocho asociaciones forestales, representantes de la industria de la madera, como Ence, y también cazadores y agricultores.

En su opinión, la medida más necesaria para mejorar la prevención contra incendios es "dar valor añadido" al monte con inversiones productivas. Sin embargo, no están de acuerdo con las ayudas a los ayuntamientos para prevención y defensa contra el fuego.

Proponen mejorar la eficacia del operativo de extinción sin incrementar el presupuesto

  • El sector forestal cree que el dispositivo de extinción de incendios está bien dimensionado y rechazan que sea necesario destinar un mayor volumen de recursos económicos, lo cual no significa que no sea necesario mejorar la eficiencia del operativo contraincendios.Las veintiséis entidades consultadas opinan que los trabajos de extinción no son eficientes en relación a lo que se gasta. ¿Y como mejorar la eficiencia económica del dispositivo?No están de acuerdo con el modelo actual de la Xunta que consiste en brigadas de personal fijo y otras con fijos discontinuos (que solo trabajan unos meses al año), una plantilla que se refuerza con contrataciones en época de alto riesgo tanto por parte del Gobierno gallego como de los concellos. A este sistema lo puntúan con un 2,6 en una escala entre 1(nada de acuerdo) y 5 (muy de acuerdo) y donde el tres equivale a "me resulta indiferente".A juicio del sector forestal, el mejor modelo estaría basado en brigadas de extinción que trabajen por distritos forestales y que asuman durante todo el año el trabajo cotidiano de realizar tareas silvícolas y preventivas en el monte. Estas actuaciones deberían estar "planificadas, con objetivos concretos de trabajo y programadas".Además coinciden en que se deberían mejorar algunas infraestructuras para luchar contra los incendios como los puntos de agua, cortafuegos y franjas de protección.

Solo este verano ya ardió en Galicia el 75% de lo que se quemó en 2015

  • Con los incendios forestales nunca se puede cantar victoria. En 2014 hubo el registro más bajo de fuegos en Galicia. Solo ardieron 2.000 hectáreas. Sin embargo, un año después se rompía la racha y quedaban calcinadas por las llamas 12.000 hectáreas. Y 2016 va camino de superar esa cifra. Solo en lo que va de verano ya se quemaron 9.000 hectáreas, según las cifras de la Consellería de Medio Rural, lo que equivale al 75 por ciento de todo lo que ardió el pasado año. Durante la segunda semana de agosto Galicia sufrió una oleada de incendios que puso en jaque a varias poblaciones por la cercanía de las llamas a las casas. El fuego empezó a remitir este semana y ahora la situación ha vuelto a la normalidad. Pontevedra fue la provincia más castigada, con 4.000 hectáreas quemadas en solo siete días.A pesar de la gravedad de estos últimos incendios, el contador de hectáreas aún no ha alcanzado las más de 19.000 hectáreas calcinadas en 2013 o las casi 100.000 arrasadas en el año 2006.

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