Del curso 2009-2010 al 2010-2011, en plena recesión económica y con los efectos de la crisis en ebullición, la inscripción en enseñanzas de adultos se disparó. Solo en un año académico la matrícula creció un 18%, incorporando a clases para sacar la ESO o el Bachillerato (en su día inacabados) a 3.501 personas en los centros que imparten estas enseñanzas en Galicia. La falta de oportunidades laborales en un mercado cada vez más mermado en los años más complicados provocó ese efecto de volver a estudiar ante la falta de expectativas laborales y el desempleo, tanto para culminar estudios primarios como para aumentar currículo aprovechando la situación económica inestable para, una vez recuperada, tener más opciones para encontrar un empleo. Tras el auge, con un 17% más de matrícula entre el curso 2008-2009 y el curso 2009-2010 y casi un 20% en el siguiente, el ritmo de crecimiento de matriculación ha descendido y la demanda de estudios de adultos se ha calmado.
En el actual curso (2015-2016) se han sumado al listado de enseñanzas de adultos 1.385, lo que supone un 5% más que el año anterior. En cantidad, supone algo menos de la mitad de los adultos que se incorporaron a las aulas cinco años atrás. Crece menos, con tendencia a la disminución de las solicitudes, pero todavía se unen adultos a los pupitres. De hecho, desde el curso 2008-2009, con una matrícula en enseñanzas de adultos de 16.818 personas, esta modalidad alcanza este año los 30.348 estudiantes, lo que supone un crecimiento del 80% en siete años. En este tiempo retomaron los libros 13.530 estudiantes que en su día abandonaron estudios o no pudieron terminar y titularse.
Tendencias
Se percibe un cambio de tendencia en el perfil del alumnado, siempre mayor de 18 años, en función de la modalidad elegida. Si bien el crecimiento de estudiantes había sido muy destacado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) para adultos (en los años de mayor matriculación), en la actualidad el aumento de matrícula se centra más en el estudio de ciclos formativos de Formación Profesional. Según fuentes de cuadros directivos de enseñanzas de adultos, "se debe a que se están moviendo las cosas en el mercado", ya que el carácter de la modalidad de adultos en los estudios básicos requiere mayor dedicación y retomar toda una carrera de conocimientos abandonada tiempo atrás y desde los estudios más básicos. El perfil de la matrícula de FP se orienta más a capacidades profesionales, para avanzar en currículos y abrir abanico en el ámbito de los oficios.
Por modalidades, según datos de la Consellería de Educación, se percibe un descenso en los adultos matriculados en ESO, pasando de 9.870 en el curso 2010-2011 a 7.496 en 2015-2016. También en Bachillerato baja un poco con respecto a años anteriores, por ejemplo, si en el 2012-2013 se incorporaron 8.110 estudiantes, en el curso 2015-2016 lo hicieron 7.514; ligeramente inferior. Al otro lado de la balanza se sitúan los estudios de Formación Profesional, con un continuo avance. Si en 2009 eran 3.573 estudiantes adultos en ciclos formativos en 2015-2016 la inscripción alcanzó los 13.987.
