La voz que se proponía dar En Marea a sus diputados en el Congreso amenaza con apagarse. Fue el propio líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien ayer echó por tierra el propósito de la coalición integrada por Podemos, Anova y Esquerda Unida de formar grupo propio con los seis escaños logrados en las generales del 20 de diciembre. De "muy complicado" calificó Sánchez la posibilidad de que Podemos y las candidaturas afines en Galicia, Cataluña y Comunidad Valenciana tengan grupo propio en las Cortes, por lo que emplazó al partido liderado por Pablo Iglesias a intentarlo si se reforma el reglamento del Congreso.

"Negociar es ceder dentro de las líneas que marca el reglamento, el Congreso no es una Cámara territorial", sentenció ayer el secretario general de los socialistas en declaraciones a la Cadena SER, al tiempo que recordó que es el Senado donde se dirimen las cuestiones relacionadas con las comunidades. Advirtió además de que en 1982, el PSOE tuvo la posibilidad de tener tres grupos parlamentarios -estatal, catalán y vasco-, pero renunció porque suponía "cierto ventajismo parlamentario". "Tenemos que adecuarnos al reglamento. Si Podemos cree necesario tener cuatro grupos, tendrá que impulsar su posición en la reforma del Reglamento del Congreso", zanjó Sánchez.

El portazo de la segunda fuerza del Congreso se une a la que dio también la primera, el PP, que considera un intento de "fraude" que listas vinculadas a Podemos tengan grupo propio. Además, enfría las opciones de un posible pacto entre PSOE y Podemos, que ha señalado la constitución de esos grupos como condición para el entendimiento. La presidenta del Parlamento gallego y diputada electa en las Cortes por el PP, Pilar Rojo, rechazó esa pretensión. "Cuando un grupo se presenta como coalición, lo que no puede ser es que quiera los votos para presentarse como coalición pero cuando llegue el momento, el planteamiento sea distinto", indicó antes de calificar a estas fuerzas como "expertas en confundir".

Las dudas sobre la pretensión de En Marea de constituirse como grupo propio en la Cámara baja surgieron a los pocos días de las elecciones. Cumplen el requisito de superar los cinco escaños y el 15% de votos donde se presenta, pero existen dudas sobre otra condición, pues el reglamento establece que "en ningún caso pueden constituir grupo parlamentario separado, diputados que pertenezcan a un mismo partido". Los diputados sostienen que la coalición tiene entidad jurídica propia y sus miembros pertenecen a En Marea y no a los tres partidos de la coalición: de sus seis diputados, dos militan en Podemos.

Desde En Marea, que ayer se reunió con el grupo del PSOE para evitar su veto, Yolanda Díaz calificó de "golpe de estado metafórico" el veto de Sánchez, que "va contra la posibilidad de que el Estado tenga políticas alternativas" y deja claro que el PSOE "tiene un pacto con Ciudadanos para presidir la Mesa de la Cámara Baja", a lo que añadió que el líder socialista "está inmolándose". "El PSOE muestra su cara más centralista y reaccionaria, además de afirmar que Galicia no es una nación", advirtió Díaz. En Marea ya anunció que recurrirá al Constitucional si no puede formar grupo.

En la misma línea, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega (Compostela Aberta), mantuvo que "sería un grave error" que el PSOE hiciese "seguidismo" del PP y de Ciudadanos e impidiese que En Marea se configure con un grupo propio. La coalición, añadió, es una "candidatura con personalidad propia" y "reconocida a nivel del Estado", por lo que advirtió de que si Sánchez está cerrando la puerta a su grupo "está haciendo una relectura interesada" de la normativa.