Por segunda vez en quince días, la pobreza protagonizó la mayor parte de la sesión de control al presidente de la Xunta, que se revolvió contra las cifras atacando de nuevo la herencia recibida tanto del bipartito como de Zapatero y anunciando un "tíquet energético" para las familias con problemas económicos. Las consellerías de Economía y Traballo e Benestar estudian un bono con el que subvencionarán con dinero público parte del recibo de la luz a las familias que cobren menos de 532 euros mensuales -el indicador público de renta de efectos múltiples- y tengan "cargas familiares". El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, esgrimió este anuncio como diferencia entre un "gobierno solidario y uno frívolo".

Este anuncio, que adelantó FARO, sirvió al presidente gallego para replicar a los ataques del portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, que le echó en cara los problemas de "187.000 hogares" para pagar la factura de la luz, alegando el último informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, si bien el Instituto Galego de Estatística cifra en casi 220.000 los pisos incapaces de lograr una "temperatura adecuada" en invierno.

La Xunta complementará con el citado subsidio el bono social que el Gobierno central ya ofrece desde 2009 con rebajas de hasta el 25% de la factura, si bien la última reforma eléctrica restringió los requisitos para acceder a él.

El debate energético, además, permitió a Feijóo fiscalizar a la oposición, atribuyendo a Jorquera parte de la responsabilidad de la "frívola" política de Zapatero, cuyos presupuestos apoyó, primando la energía termosolar y fotovoltaica culpable, alegó, del déficit tarifario de 26.000 millones de euros y de una subida del recibo del "77% entre 2004 y 2011". Jorquera replicó recordando que parte de esa subida se debió a la liberalización del sector impulsada por el Ejecutivo de José María Aznar e ironizó sobre el balance de Feijóo, que aseguró que había aumentado los servicios sociales gracias a su política de austeridad. "No sé si al sector ultracatólico de su partido le va a parecer bien que compita con Jesucristo contándonos el milagro de los panes y los peces", bromeó.

Como aval de su política, Feijóo también aseguró que el bipartito había iniciado 11 sanciones a compañías eléctricas por cobros indebidos, que en su etapa como presidente se elevaron a 457 por 3, 5 millones.

Los rifirrafes acerca de la pobreza continuaron durante el duelo con Yolanda Díaz, de AGE. Esta recuperó la polémica sobre el informe de Cáritas que en la última sesión Feijóo puso en duda para espetarle a este que "su modelo es el de la pobreza". "No tienen ingresos 66.087 hogares y en ellos viven 14.287 niños", denunció doble los "600.000 pobres" de Galicia.

Además, recurrió a las quejas del último informe del Valedor do Pobo para denunciar que el "período mínimo de tramitación de la Risga es de siete meses" y asegurar que en algún caso se alcanzan los 21, mientras "se reducen los fondos de promoción de empleo un 56%".

Feijóo se revolvió presumiendo del aumento de las partidas destinadas a la Risga -un cheque de unos 480 euros al mes- y anunciando un plan para colocar temporalmente a 500 beneficiarios de este subsidio, para lo que invertirán 3 millones de euros. Se trata de un plan similar al de cooperación con los concellos para dar empleos temporales a los desempleados en limpieza de aceras o jardines. Se comenzará a tramitar en mayo.

Además, al amparo de la referencia a Cáritas, Feijóo reprobó a la exedil en Ferrol por "haber suprimido las ayudas cuando gobernaba" a esa asociación de la iglesia, de la que destacó su "gran labor social". Al mismo tiempo, abrió la precampaña al dudar del programa de Anova para las europeas, en el que abogan por suprimir la UE.

En el primer cara a cara, el socialista José Luis Méndez Romeu reprochó a Feijóo escudarse en la "herencia recibida" y le afeó el incumplimiento de promesas de empleo vinculadas a Mitsubishi, Corcoesto o Melón. El titular de la Xunta se defendió alegando que si existiese descontento hubiese perdido las elecciones y recordando que en campaña el PSdeG alertó del rescate de España y de la falta de pedidos de Pemex, algo que en lo que falló, aseguró, reservando una última bala. "Nosotros no indultamos banqueros en el último Consejo de Ministros en funciones", indicó en alusión al perdón a un consejero del BSCH en 2011, inhabilitado por una denuncia falsa a unos acreedores.