Más allá de las cantidades en concreto, que las hay, el Consello de Contas pide "atención" al siempre polémico gasto desplazado en los presupuestos autonómico por el "relevante incremento que acumula". El aplazamiento de pagos de un año al siguiente tuvo "un carácter residual" en 2007 y 2008, pero el alza en 2009 y 2010, el primer ejercicio completo con los populares en la Xunta, "resulta preocupante". Son 484,7 millones de euros entre las llamadas "validaciones", que van a la reunión semanal del Ejecutivo porque no hay dinero suficiente, y el traslado de obligaciones entre presupuestos. Aunque el propio conselleiro mayor, Luciano Fariña, defendía ayer durante la entrega del último informe de fiscalización de la Administración autonómica en el Parlamento que estos cambios no se realizan "caprichosamente", lo cierto es que el organismo advierte en su análisis que la demora impacta de lleno en la fortaleza de las cuentas a las que se trasladan las cargas y pone en duda la "fiabilidad" de la cuantificación ante las "carencias de control interno" en el seguimiento. "Resulta preocupante", repite el Consello de Contas, en un informe que fue objeto de polémica en plena campaña electoral de las autonómicas gallegas cuando se filtró un borrador del documento que fue utilizado por la oposición para poner en duda la gestión de Feijóo.

La ley, como recuerda el ente fiscalizador en Galicia, permite en "una serie de supuestos" que las cuentas anuales reciban obligaciones generadas en ejercicios anteriores. Fuera de esas excepciones, hay un desplazamiento de gasto "que podría alterar la cuantía del resultado presupuestario".

Durante 2011, el Consello de la Xunta reconoció 27,9 millones de euros -de los que 3,5 millones correspondían a 2010- en pagos pendientes por la "insuficiencia" de fondos en el momento en el que había que abonarlos. El desplazamiento de gasto "volvió a incrementarse" en 2009, según Contas, tras dos años sin apenas variación, y continuó en 2010 "y siguientes" para "en buena medida" afrontar "necesidades en servicios especiales como los sanitarios". "Que difícilmente -subraya- se pueden dejar de atender en base a insuficiencias presupuestarias".

A esa cifra se suman los 191,1 millones de euros que por la misma razón, la indisponibilidad de recursos, arrastró el Sergas. Contas es crítico en este caso por las "dificultades para el control" de los desembolsos sin formalizar después de que en 2008 el departamento sustituyera la función interventora -de ahí que las partidas desplazadas en Sanidad no pasen por el Consello- por "un sistema de control financiero permanente". El organismo que revisa las cuentas públicas avisa que los 191,1 millones de euros son los "declarados" por el Sergas, "sin que se pueda contrastar".

Ambos mecanismos, que obligan a transferir dinero de otros programas, "desincentiva a los gestores para la presentación de presupuestos realistas". Contas destaca que dada la "situación actual", en relación a la asfixia financiera del sector público en general, "no parece que esta insuficiencia de créditos pueda prolongarse indefinidamente". Por eso da por hecho que la solución pasa por "ajustes por la vía de los ingresos o del gasto", para lo que previamente es necesario "volver a contar con una información precisa y fiable" de los pagos aplazados. En la Administración en su conjunto y particularmente en el Sergas, donde "se manifiesta de forma más relevante" la tendencia de aprovechar "remanentes de crédito de otras partidas" en la recta final del ejercicio. Hasta 181 millones de euros para "gastos de farmacia o de personal" en los "últimos meses" de 2010.

La otra modalidad del gasto desplazado son las imputaciones de obligaciones en ejercicios siguientes. A diferencia de las validaciones, teóricamente sí hay dinero reservado y su aprobación fue adecuada, pero la Administración "no hace un reconocimiento formal" y tampoco lleva a cabo "su contabilización dentro del ejercicio". En total, las cuentas de 2011 de la Xunta recibieron 265,7 millones de euros derivados de años precedentes. Medio Ambiente, Traballo y Mar absorben las mayores cantidades, con 77,2 millones, casi 40 y 36,7, respectivamente.

De la revisión de Contas se desprende que "solo una pequeña parte" de ese desplazamiento es por facturas o justificaciones de ayudas presentadas a finales del ejercicio y que, en cambio, "buena parte" de esos retrasos buscan "amparar" pagos que no se reconocieron en el ejercicio "procedente", sin que exista "razón de orden económica, contable o presupuestaria que lo justifique".

Otra vez, el ente fiscalizador incide en su "preocupación" por las "carencias de control interno en el seguimiento y validación del gasto desplazado". Tanto por la imposibilidad de una medición exacta de lo que representa, como por el posible lastre en presupuestos futuros "al disminuir la capacidad para atender las necesidades previstas en los mismos debido a las cargas arrastradas de ejercicios anteriores".

"En el informe lo que está dicho es que aparecen desplazamientos de gasto, pero no se dice que sean caprichosos", intentó matizar Fariña tras su encuentro con la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo. El conselleiro mayor suaviza esa falta de control que el ente evidencia respecto al Sergas. "Es muy complejo, muy dinámica, en el ámbito de la salud, la necesidad de suministros, de provisiones -asegura--. Porque el efecto estadístico no siempre se cumple con rigurosidad, por lo tanto a veces hay que improvisar".

La Xunta también se apuró a valorar que el informe no pone en duda "en ningún caso", pese al desplazamiento del gasto, el resultado del déficit de la autonomía en 2010. El tercer menor en España. Facenda defiende el cumplimiento de la normativa a la hora de aplazar obligaciones, "una práctica habitual durante la última década y común a todos los gobiernos autonómicos".