En la historia reciente de Galicia hay realmente muy pocos precedentes de un discurso político y económico tan convulso como el que ilustra estos cuatro años y medio de profunda reestructuración financiera en la comunidad. La polémica por el impulso forzado de una caja de ahorros única, bajo el argumento de que con ella nacería la financiadora del tejido productivo del país que encaminara la salida de la recesión, con cobertura para los núcleos rurales y una obra social que, teóricamente, a medio plazo recuperaría el músculo suficiente para mantenerse como la gran referencia del llamado tercer sector. Pero de eso apenas queda el rastro. El banco heredero está en un proceso de resolución, obligado a adelgazar hasta un 40% de su tamaño y la privatización a la vuelta de la esquina. Uno de los tres grupos nacionalizados, como ejemplo de, probablemente, las operaciones más discutidas en el ajuste del sector, con la sombra de la inviabilidad desde el primer minuto.--- NO TOCAR ---

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