De las muchas estimaciones marcadas para Novagalicia en su nuevo plan de reestructuración, la vuelta a beneficios en este 2013 era una de ellas. La "normalización", como apunta la propia entidad. Tanto los 5.400 millones a cargo del préstamo europeo como la segregación de 10.400 millones de euros del lastre del ladrillo segregado a la Sareb permiten marcar las distancias con los números rojos en el primer trimestre, que deja un beneficio de 21,2 millones de euros. El banco dedicó 91 millones de euros a provisiones, incluida la cobertura adelantada de los importantes créditos con Pescanova, Caramelo y Copo, que entraron en concurso de acreedores después de marzo. Esta primera cuenta de resultados del año apunta al camino que NCG tiene por delante. El de hacerse más pequeño y solvente para la meta de su privatización.

Presión sobre los márgenes. Todos en descenso. Un 0,4% en el margen de intereses, lo que para NCG supone un síntoma de fortaleza porque la reducción del balance del grupo en comparación con marzo del pasado ejercicio llega al 12%. El básico cae un 3,7% y un 7,7% el bruto. El resultado antes de provisiones se situó en 112,5 millones, en este caso con un incremento de casi el 62%. Los 21,2 millones de resultado consolidado representan un incremento del 148,7% respecto al mismo periodo de 2012. Todas las comparativas están realizadas sin la aportación que el año pasado tenía Banco Gallego en las cuentas.

Una tijera a fondo a los gastos. De un 31% en los de explotación y un 37,9%, concretamente, entre los gastos de personal. Desde diciembre de 2011, Novagalicia tiene 233 oficinas y 772 trabajadores menos, de los que 145 salieron entre enero y marzo del actual 2013. Con los recortes de sueldos, el coste por empleado desciende un 16% y un 36% en la alta dirección. NCG subraya que el desembolso en representación y viajes es un 16% menor y apuesta por la "austeridad" a través de la renegociación del contrato con proveedores, subastas para lograr mejores ofertas en sus compras y el control con la creación de un comité de eficiencia.

Vuelco a la eficiencia. Una ratio que es mejor cuanto más baja porque mide cuánto les cuesta su propia operatividad a la entidad. Hace un año, en cada euro que se movía, hasta 74,9 céntimos se quedaban por el camino. La eficiencia "es uno de los mayores avances", según NCG, y se sitúa ahora en el 55,9%.