De la mano de la segregación del lastre inmobiliario al banco malo y el empleo de un banco puente para sacar brillo a la parte buena que queda en las entidades encaminadas al rescate con cargo a Bruselas, la principal arma que ostenta el FROB para alimentar con capital al sector es la ayuda directa a quien lo necesite. Ya sea a través de los bonos convertibles, los populares cocos, en los casos en los que sea posible la devolución del dinero, o con una inyección directa de fondos, el camino reservado en principio para las nacionalizadas, que tendrán que poner en marcha una ampliación de capital para que el Estado compre las acciones. Pero, ¿a qué precio? Como ya ocurrió durante las intervenciones, tres expertos independientes se encargarán de tasar el negocio. Y a ese valor habrá que aplicarle un descuento de "al menos" un 25%, según consta en el informe de la Comisión Europea de Competencia en el que da vía libre al proceso de reestructuración del sistema financiero español.

Los tres análisis se contrastarán, a imagen y semejanza de lo que se hizo en las nacionalizaciones de Novagalicia, CatalunyaCaixa y Unnim -ahora en manos del BBVA-, y el precio final de sus títulos saldrá de la media entre ellas. Si alguna de ellas dispara el precio por encima o por debajo del 15% con respecto a lo que marquen las otras, no se tendrá en cuenta, y si son dos las que lo hacen, el cálculo se hará con la evaluación central.

Para los bancos que coticen, como Bankia, la rebaja será la misma, de un mínimo del 25%. Aunque en lugar de pasar por una revisión externa del balance, el importante abaratamiento se aplicará sobre la media de la evolución el último mes en Bolsa. Y en ambos casos, con la correspondiente dilución de los accionistas que en ese momento existan y que verán mermada su presencia en la entidad.

Lo que abre un complicado futuro para los socios actuales de Novagalicia si, como todo indica, recibe una importante aportación de fondos, de hasta 7.200 millones de euros, según el déficit estimado por Oliver Wyman en sus pruebas de estrés. La todavía caja conserva un 6,84% y el grupo de empresarios que entraron el pasado diciembre suman alrededor de un 2,9%. El restante 90% está en poder del FROB, con lo que NCG corre el riesgo de ser nacionalizada al 100%.

La Comisión de Competencia, que dirige el español Joaquín Almunia, deja claro en su carta de aprobación del marco general de las ayudas que las valoraciones y el descuento en el precio de las acciones son pasos previos y obligados antes de las inyecciones de capital, al igual que la polémica "carga compartida" con los tenedores de capital "existentes". Es decir, la quita a los propietarios de preferentes y deuda subordinada. "La ayuda debe, en cantidad y forma, ser la necesaria para conseguir los objetivos -destaca el informe-. Por lo tanto, la cantidad mínima necesaria".