CiU lleva muy mal que el Ministerio de Fomento haya presupuestado para este año algo más de 1.000 millones de euros para la ejecución del AVE gallego. Cada vez que puede, lo saca como ejemplo de inversión en un proyecto carente, a su juicio, de rentabilidad social y económica, y de la discriminación que sufre Cataluña por parte del Gobierno central. Ayer dio una nueva muestra de ello, esta vez por boca del presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, en la sesión del control del Parlamento autonómico. "Hay dinero para el AVE a Galicia, pero no para Cataluña", reprochó el titular del Ejecutivo autonómico.

Sus declaraciones van en la línea expresadas en las últimas semanas por varios dirigentes de CiU, en las que citan la inversión en el AVE gallego como un gasto excesivo en momentos de crisis dado que bien pudiera dedicarse a otros proyectos de mayor provecho. Incluso CiU llegó a proponer al Gobierno, a cambio de apoyarle en la tramitación de los presupuestos del Estado, que detrajese 219 millones de euros de la partida destinada al AVE gallego para dedicarlos a la comunidad catalana.

Mas aludió a la alta velocidad ferroviaria con Galicia cuando discutía en el Parlamento con la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, sobre el trato que el Gobierno de Rajoy da a su comunidad. Así, el presidente de la Generalitat reprochó que Madrid no reconozca la deuda que el Estado tiene con Cataluña en aplicación de la disposición adicional tercera del Estatut –relativa a las infraestructuras– y sin embargo aumenta las partidas destinadas a otras comunidades autónomas, por lo que negó que el "impago" de estas deudas sea un problema de falta de dinero en las arcas del Estado, sino de prioridades.

"Sí, hay dinero, y tanto que lo hay. Lo hay para el AVE a Galicia y para el Museo del Prado, pero no para liquidar las deudas. Para el Museo del Prado hay más dinero que el año pasado y para hacer el AVE a Galicia también lo hay, pero para Cataluña no", recriminó el titular de la Generalitat, en tono irritado, a la presidenta del PP catalán, ante la negativa del Gobierno central a reconocer la deuda de 219 millones que recoge el Estatuto catalán.

La intervención de Artur Mas es la última de una serie de pronunciamientos que desde hace un año intentan cuestionar la utilidad y el gasto que supone conectar Madrid con Galicia con un tren de alta velocidad. Hace un año, el exministro de Fomento José Blanco ya denunciaba la existencia de una "campaña económica y mediática" que tenía por objetivo frenar el AVE gallego y desviar las inversiones al Levante español.

Los más críticos con el proyecto ferroviario gallego han sido los políticos catalanes, y singularmente los de Convergencia i Unió.