Los avances tecnológicos multiplican más allá de nuestra capacidad de comprensión los datos almacenados, pero ¿cómo podemos beneficiarnos de este acervo? La inteligencia artificial permite dar el siguiente paso y también el más complejo: la extracción de información útil. María José Riveiro (Sanxenxo, 1978), investigadora y profesora del Centro de Investigación en Informática de la Universidad de Skövde, en Suecia, aplica estas técnicas que funcionan a semejanza del cerebro humano para mejorar los sistemas de control del tráfico marítimo y el transporte de mercancías peligrosas, optimizar el consumo de energía o prevenir accidentes en las carreteras.

Tras licenciarse en Ingeniería de Telecomunicaciones en Vigo y trabajar durante casi dos años en una consultora de software, el gusanillo de la investigación seguía latente en ella y decidió marcharse a Suecia en 2005 para especializarse en Ciencias de la Computación. No era su primera incursión en los países escandinavos, pues durante la carrera realizó una estancia erasmus en Oulu, al norte de Finlandia, donde además fichó por Nokia.

Ya en Skövde, María José desarrolló para su tesis un sistema automático de control del tráfico marítimo que, basándose en los datos históricos y los obtenidos en tiempo real, es capaz de generar alertas cuando localiza barcos en zonas no permitidas o velocidades inusuales y, por tanto, evitar accidentes e incluso contrabando.

El estudio se realizó en colaboración con Ericsson Microwave Systems, ahora SAAB Electronic Defense Systems, que tiene su sede en la cercana Gotemburgo. "Las universidades tradicionales como Estocolmo o Karolinska reciben más financiación pública, pero en las demás la mayoría de fondos proceden de empresas y fundaciones privadas. No hacemos investigación solo para escribir un libro y dejarlo en la estantería, sino para mejorar un producto o una compañía. En Suecia la conexión de la industria y el I+D es muy importante y el país está concienciado de su importancia. Por eso hay un gran exportación y es puntero en muchos ámbitos", destaca.

Como ejemplo de esta relación, María José apunta a la configuración de su centro de investigación, que comparte el edificio con una incubadora de empresas.

El grupo de Inteligencia Artificial de Skövde también colabora con organizaciones gubernamental como la que se ocupa de vigilar el transporte de mercancías peligrosas. Los investigadores han ideado un sistema que filtra la información y determina qué casos merecen la atención de los operarios.

Desde el año pasado, el equipo trabaja con Volvo en la prevención de accidentes de tráfico: "Analizamos los datos de los sensores de sus automóviles y camiones así como de los siniestros que se han producido para introducir mejoras en la seguridad de los vehículos y que éstos también lancen avisos al conductor".

Las mismas técnicas se aplican con éxito a la seguridad en aeropuertos o estaciones de metro –son capaces de detectar mochilas u otros objetos extraños–, la mejora de la productividad de las explotaciones agrícolas y el diseño de tarifas eléctricas personalizadas.

"Estamos trabajando con empresas de energía suecas para determinar los diferentes tipos de consumo según el tipo de familia o cliente. Esto les permitirá evitar los picos de consumo, que son muy caros para las compañías, además de poco sostenibles. Los beneficios del proyecto serán tanto económicos como medioambientales", comenta.

Aunque su labor es "pura computación", María debe "pisar el terreno" para ofrecer soluciones útiles a la empresa –"Tienes que saber vender tus ideas"– y al usuario final, al que nunca pierden de vista. De hecho, mientras realizaba la tesis sobre tráfico marítimo aprovechó unas vacaciones para visitar el centro de coordinación de Salvamento Marítimo en Porto do Son.

Suecia le ha ofrecido la posibilidad de dedicarse a la investigación, pero también le ha recortado horas de sol. "Lo que peor llevo es la poca luz del invierno. Pero es verdad que las condiciones laborales son mucho mejores y que son los primeros en ayudas sociales. Todo depende de lo que uno valore como calidad de vida", plantea. Dejando aparte la dureza del clima, María José no ha tenido problemas para hacer amigos: "Son un poco más introvertidos al principio y como se reúnen en casas cuesta más meterte en sus círculos, pero son muy majos y open minded, les gusta viajar y conocer otras culturas".