Calmar ánimos, acercar posturas y minimizar daños. Estos son los objetivos de Francisco Jorquera, que convocó hoy a los alcaldes críticos con la dirección del BNG a una reunión para tratar de evitar que abandonen la formación frentista y abran una situación de inestabilidad en uno de los cotos de poder que les quedan a los nacionalistas.

El candidato a la Presidencia de la Xunta, elegido en la pasada asamblea nacional, está ejerciendo labores de carácter orgánicas. Fuentes del BNG confirmaron ayer a este diario la existencia de la convocatoria en la sede nacional del Bloque en Santiago. Sobre la mesa, Jorquera pretende rebajar tensiones con la veintena de regidores de Máis Galiza e independientes que suscribieron un manifiesto crítico con el rumbo de la formación antes del proceso asambleario y evitar el adiós del mayor número posible.

Aunque este trabajo sería en principio responsabilidad de Guillerme Vázquez, en calidad de portavoz nacional, Jorquera se ha centrado en esta tarea aprovechando el buen cartel con que cuenta entre toda la base del Bloque, incluso entre los opuestos a la UPG, partido en el que el candidato milita.

"No sé si valdrá de algo. Primero tensionaron las cosas y cuando el Titanic se hunde se acuerdan de los botes salvavidas", desliza un regidor convocado a la cita de hoy. Pese a la trascendencia de la reunión, no está claro que todos los alcaldes acudan.

El manifiesto de alcaldes fue suscrito por 18 regidores, si bien un segundo documento contó con la firma de uno más. Su permanencia en el Bloque está, junto a la de otros, en el aire tras la salida de los irmandiños de Xosé Manuel Beiras.

Hasta el 11 de marzo

Máis Galiza decidirá su continuidad en el frente en una asamblea el 11 de marzo. La corriente de Carlos Aymerich es la que más peso institucional posee con al menos quince de los 29 regidores del BNG en su órbita, así como otros simpatizantes.

Las bajas de regidores han comenzado a producirse. Primero fue el independiente de Arbo, que hoy se reúne con el representante comarcal del BNG para abordar la situación en el concello. Luego los de Teo, Manzaneda y Maceda, los tres firmantes del citado manifiesto. Pero muchos otros, como Tomiño, Ribadeo, Vimianzo –todos de Máis Galiza– debaten qué hacer.

De hecho, ayer el Encontro Irmandiño reclamó al BNG la creación de una coordinadora que aborde la situación en los concellos, si bien los irmandiños cuentan solo con Teo y Manzaneda.

La clave radica en Máis Galiza. De hecho, Jorquera trata de evitar el abandono, al menos, de su cúpula en lo que un dirigente nacionalista denomina "ofensiva diplomática". El candidato mantuvo, según fuentes del Bloque, una conversación con Aymerich para abordar el futuro de su corriente, donde él como coordinador y parte de la cúpula son reacios a dejar la formación. "No me voy, si sucede será porque me echan", ha dicho el ex portavoz parlamentario. Las bases de la corriente, sin embargo, desean abandonar el Bloque.

De la resolución de la tensión entre las diferentes corrientes de opinión de Máis Galiza dependerá la cantidad de dirigentes, alcaldes y ediles que se escindan y los que puedan formar parte del nuevo partido que quieren crear los irmandiños.

Preocupación de Feijóo

A la crisis nacionalista se refirió el presidente de la Xunta. Alberto Núñez Feijóo pidió a los escindidos del Bloque que garanticen "la seguridad y estabilidad" en los municipios y reclamen que "en el menor tiempo posible" se solucione su situación. Eso sí, admitió que le "preocupa" cómo afecten estos movimientos a la "gobernabilidad" en los gobiernos locales.