La visita del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al emirato de Catar da sus frutos. El primer ministro, Hamad bin Jassim, anunció ayer que Catar invertirá 300 millones de euros en recapitalizar las cajas españolas y que en diez días –cuando el Banco de España haga público su diagnóstico– concretará a qué caja o cajas destinará el dinero, procedente del fondo soberano catarí QIA.

El emirato pretende invertir otros 3.000 millones en empresas españolas de telecomunicaciones y energía, aunque no ha desvelado sus nombres. Todos estos acuerdos deberían concretarse durante la visita oficial que hará a España en abril el emir de Catar, el jeque Hamad bin Khalifa Al-Thani, con quien también se reunió ayer el presidente Zapatero.

Al-Thani no quiso adelantar el nombre de las cajas de ahorro o de las empresas en las que los fondos soberanos cataríes inyectarán capital, aunque avanzó que trabajan en "fusiones" de compañías, aunque como se encargó de recalcar, se trata de operaciones amistosas. "Catar no cree en métodos de agresividad y prefiere vías de actuación más tranquilas", dijo el primer ministro. Zapatero sí ha adelantado que se trata de empresas "poderosas" de las telecomunicaciones y la energía, y de cantidades de inversión "muy importantes", aunque ha dejado claro que el anuncio corresponde hacerlo a Catar.

La aportación del fondo soberano catarí fue recibido por los directivos de las cajas y los poderes políticos con poca euforia, dado que los 300 millones son una cantidad muy modesta para las necesidades de recapitalización que tienen las entidades de ahorro y que la agencia de calificación Moody´s elevó ayer a unos 50.000 millones de euros.

Para el PP, la oferta de Catar demuestra que las cajas españolas "deben ser más transparentes". La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, destacó que el anuncio de la inversión evidencia que "lo primero que hay que hacer es tener una normativa más transparente". El PP, dijo, es partidario de que las inversiones extranjeras "se puedan producir sin que las cajas estén en situación de precariedad y no se tenga que malvender ningún activo". El PP continúa, según añadió De Cospedal– negociando con el Ejecutivo su apoyo al decreto de recapitalización y observa "con preocupación" el "tono" de la propuesta gubernamental. "El objetivo, más allá de contentar a los mercados, es que haya crédito para las familias y empresas", explicó la número dos del PP, para quien su partido defiende que además de profundizar en la transparencia, hay que completar el "saneamiento" de las entidades para que "las inversiones a las que tienen que acceder no las deje bajo mínimos y tengan que malvender sus activos".

Hasta ahora, las relaciones económicas con es país se circunscribían al campo de la energía, fundamentalmente el gas. El emirato es el tercer suministrador de gas de España y provee el 14% del gas que consume el país, por un valor de 1.200 millones de euros en 2010.

Al mismo tiempo que Zapatearo buscaba fondos de inversión en Catar, una delegación de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) explicaba en Pekín al banco China Development Bank y a la estatal China Investment Corporation la reforma de las cajas para atraer su atención. "Consideramos que el exceso de capital de China puede ser idóneo como inversor en el sector bancario español y las cajas quieren repetir historias felices de anteriores salidas a bolsa", destacó el director general adjunto del área operativa de la CECA, Jorge Gil.

Por su parte, Roberto Aleu, subdirector de la división de mercado de capitales, destacó que no debe confundirse el proceso de reforma que las cajas llevan a cabo con la privatización, "pues siempre han sido privadas y no se puede privatizar lo que ya lo es". El límite al 50 por ciento "es para que no pierda la categoría de caja y no es previsible que se desee dejar de serlo para convertirse en fundación", añadió Aleu.

Según Gil, la idea de inversión privada en acciones de bancos controlados por cajas surge con la reforma y la inversión extranjera será bienvenida sin discriminación de la española, "pero la combinación idónea de capital deberá decidirla cada caja".