Pese a los problemas de financiación que los promotores eólicos tienen con cajas y bancos para sacar adelante proyectos, la inseguridad que todavía merodea sobre la retribución a las energías renovables a medio plazo y, sobre todo, con el registro de preasignación del Ministerio de Industria agotado hasta 2012 y la intención del departamento de escalonar mucho la entrada de nuevas instalaciones a partir de entonces, la Xunta se muestra convencida de que los ganadores del macroconcurso para impulsar el negocio del viento en Galicia tendrán sus aerogeneradores en marcha en 2015. Incluso antes de que acaben las obras de refuerzo de la red eléctrica de la comunidad para dar salida a tanta producción. Pero es que los plazos oficiales se olvidan de otro elemento fundamental, de la evolución del consumo. El freno por la crisis ha sido tan fuerte que la demanda de hogares e industrias previsto para 2016 no se alcanzará realmente, según Red Eléctrica de España (REE), hasta 2020, con lo que el sistema no necesitará antes la actividad de todos los parques que se van a repartir.

Precisamente por todos estos ingredientes, a la Consellería de Economía e Industria le costaba públicamente hablar de una fecha en concreto para ver en pie los 2.325 megavatios (MW) que se van a seleccionar el mes que viene. El equipo que dirige Javier Guerra opta por señalar que será siempre "antes de lo que hubiera ocurrido" con la subasta del bipartito que los populares anularon tras la victoria electoral. El director del departamento de Energía y Planificación Energética del Instituto Enerxético de Galicia (Inega) fue más claro hace un par de semanas en unas jornadas en Santiago sobre el mercado energético gallego organizadas por IIR & Infopower. Emérito Freire defendió la intención del Gobierno gallego de autorizar los recintos en 2012 y tenerlos "operativos" y "en funcionamiento" en "el horizonte de 2015".

Las cuentas, tanto desde el punto de vista técnico como de la evolución del gasto eléctrico, no dan. La planificación que el Gobierno central acordó con las comunidades para el sector entre 2008 y 2016 contempla un total de 4.175 MW en 2014 para Galicia. ¿Cómo están las cosas actualmente? A cierre de 2009 había 3.208 MW en funcionamiento, a los que tendrán que unirse proyectos pendientes en los próximos meses con los que se casi se alcanzarán ya, sin contar con el concurso, el techo asignado para 2014. Sin olvidar que hay varios nudos a los que se conectan las líneas de evacuación de los parques que están saturados. No admiten más enganches. Entre ellos, el ubicado en Boimente –que se fortalecerá con una nueva estación– y el de Sidegasa. Otra limitación más en estos momentos.

Esa planificación, con las nuevas líneas de evacuación hacia Asturias, la Meseta y Portugal –que, a su vez, dependen del refuerzo del sistema eléctrico español en su conjunto–, marca un escenario de 6.500 megavatios en eólica en Galicia para 2016. Con un matiz. El diseño del futuro de la las infraestructuras se establecía con un incremento anual del consumo de, al menos, un 2,4%. La crisis económica provocó que el pasado ejercicio la demanda se desplomara un 4,7% y la nueva previsión es que en 2016 esté un 10% por debajo de lo inicialmente contemplado, que no se alcanzará hasta 2020. Y, "como muy pronto", según señala REE, que reitera que la generación tiene que integrarse en función del comportamiento de la demanda "y no al revés".

La compañía prevé remitir al Ministerio de Industria las nuevas capacidades de conexión por nudos y por zonas para 2016, de acuerdo con el escenario de infraestructuras de la planificación y los nuevos cálculos previstos para la demanda. Porque todo el mapa de necesidades se va a revisar para perfilar una nueva estrategia de cara a 2012-2020.

El riesgo de los vertidos

REE no oculta que con tanto crecimiento de eólica aquí en Galicia, pero también en otras autonomías, y ante la oscilación de la producción, especialmente cuando más se consume –no depende de un interruptor, como la térmica o la nuclear, sino de algo tan sencillo como que haya viento–, los apagados de parques van a ser más habituales a partir de 2014. Lo que en el lenguaje del sector se conoce como vertidos, la energía que deja de producirse aunque haya materia prima, porque el sistema no la puede asumir. Ya no son una excepción, como se demostró el pasado año ante la intensidad climatológica.

Los propios promotores, muchos de los que se presentaron al concurso eólico de la Xunta, son conscientes de las sombras que hay a corto, medio y largo plazo en el sector en Galicia. Son los primeros en asumir que el 2015 es una fecha "sin contenido" y "altamente improbable" para alcanzar los 6.500 MW en potencia operativa. Incluso algunas de las grandes empresas que concurren a la subasta mantienen que hay técnicos de la administración autonómica que ya les han avisado de que las instalaciones se retrasarán "años".