Solo el tres por ciento de los titulados universitarios consigue un trabajo relacionado con sus estudios. Este dato confirma que la oferta de las universidades gallegas no se adecua a la realidad empresarial y, aunque el Plan Bolonia, estaba pensado para corregir esta situación, Galicia fracasó en el intento. La Consellería de Educación, en el documento base sobre financiación universitaria, admite que la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior no ha servido para ajustar los grados a la demanda laboral y culpa tanto a las universidades como a las administraciones que tutelaron hasta ahora la adaptación a Bolonia. Ante este panorama, el Gobierno gallego plantea que se condicione la financiación a que las universidades se esfuercen por ajustar sus estudios a lo que necesitan las empresas, mejorando así la inserción laboral de sus estudiantes.

"El proceso de transformación de las titulaciones al Espacio Europeo de Educación Superior no fue plenamente satisfactorio, con defectos de aplicación tanto en el sistema universitario como en la administración educativa", señala el diagnóstico que elaboró la consellería dentro del documento sobre financiación que el miércoles fue aprobado por el Consello de Universidades.

Para la Xunta el problema "no es de una gravedad menor" y, por esta razón insta a las universidades a poner en práctica políticas encaminadas a solucionar estas "ineficiencias". Pero no busca un simple compromiso de las instituciones académicas, Educación exige "resultados medibles y objetivados" y, en base a estos resultados, los campus recibirán nuevos recursos, pero no explica por el momento cuáles serán los criterios para medir los resultados ni cuáles deben ser éstos.

La inserción laboral de los titulados es uno de los puntos débiles de la educación superior en Galicia. Según el documento sobre financiación universitaria, los egresados gallegos presentan tasas de paro más elevadas que en el resto de España. "Esto es especialmente grave dado que en España el desempleo en este colectivo ya es también superior a la UE o a la OCDE", argumenta Educación.

Sin embargo, Galicia tiene mejores índices de inserción laboral que España en otros niveles educativos como primaria y secundaria, lo cual es otro síntoma de "la inadecuación del sistema universitario gallego a la realidad empresarial del entorno".

De media los titulados tardan 4,79 meses en encontrar su primer empleo, pero hay un porcentaje importante que no busca trabajo porque sigue estudiando (34 por ciento) o bien porque prepara oposiciones (un 30 por ciento).

Ratios

La Consellería de Educación realiza también una proyección de futuro del sistema universitario gallego y vaticina que el número de alumnos seguirá bajando. "Para 2016, los estudios recogen un escenario de bajada acentuada del alumnado en las tres universidades", apunta. El resultado es que, de mantenerse el actual volumen de profesorado, la ratio alumno/docente bajará de 12,2 a solo 9,76.

Pero esta tasa ya se redujo a la mitad en la última década, ya que en el año 2000 había 20 alumnos por profesor. La razón es que en la última década el estudiantado descendió un 35 por ciento mientras que el sistema universitario gallego sumó 500 docentes más.

La plantilla creció por el incremento en el número de profesores contratados, que pasó de 1.777 en el curso 2005-2006 a 2.130, mientras que, por el contrario, bajó la cifra de personal funcionario. Precisamente, por esta razón, la Consellería de Educación exigirá a las universidades que recorten gastos de personal y supriman puestos de trabajo.

El rector de Vigo, Salustiano Mato, aseguró que está conforme con elaborar planes de austeridad pero defendió la "autonomía de cada universidad" para adoptar las medidas de ahorro que considere oportunas. "Cada uno debe ver cómo y dónde hacer los cambios porque no estamos todos en la misma posición", explicó. Así, por ejemplo, el rector aseguró que la universidad viguesa tiene una gran capacidad de captación de recursos externos, que en el curso próximo representarán más del 30 por ciento del presupuesto. "Hay que ser menos dependientes", apuntó.