Son jóvenes, de entre 18 y 30 años, sin estudios y con una reducida vida laboral en puestos para los que no se requiere cualificación. La mayoría encontró en el sector de la construcción una vía rápida y fácil para entrar en el mercado laboral al calor del boom del ladrillo. Ahora, es el colectivo más golpeado por la crisis, los primeros en caer en los ciclos de recesión económica, con despidos y regulaciones de empleo poco complicadas para los empresarios. En los últimos tres años, el desempleo en el colectivo de personas sin formación se ha disparado, con 30.000 parados más, sobre todo jóvenes, hasta rozar ya los 87.000. El 40% de los más de 231.000 desocupados de la comunidad carece de certificado de escolaridad. La moda de poner nombre a casi todo los bautizaría como la generación peón.

Sus opciones para colocarse en el mercado depende del tirón de sectores como el de la construcción, empresas vinculadas a infraestructuras, montaje y sector servicios, los primeros en prescindir de mano de obra cuando la economía se estanca. Su pervivencia en el mercado es vulnerable y poco resistente a los ciclos económicos. ¿Y su futuro? Pasa por volver a las aulas y adquirir una competencia real, con una titulación que así lo acredite, para evitar que en el próximo revés económico vuelvan a estar desprotegidos laboralmente y con una edad más complicada para volver a las aulas. Al menos, así lo aconsejan economistas, sindicatos, sociólogos y orientadores.

Las estadísticas de paro registrado según el nivel de formación de la Consellería de Traballo e Benestar y del Instituto Galego de Estatística (IGE) acreditan que a mayor formación mayor es también la fortaleza y la resistencia cuando el trabajo escasea y, para los expertos en mercado y recursos humanos, "es un comportamiento lógico en las economías más avanzadas". Casi el 40% de los parados actuales no alcanza el nivel básico de estudios, es decir, no terminó la antigua EGB (los mayores de 40 que se han quedado sin empleo en sectores como el de la construcción y auxiliares) y, la inmensa mayoría de ese porcentaje, abandonó las aulas antes de terminar la educación obligatoria (hasta los 16 años). Para los que sí acreditan la Educación Secundaria Obligatoria el panorama tampoco es esperanzador: son el segundo grupo más perjudicado por el desempleo, con 25.765 parados más desde 2007. Con 71.211 personas sin trabajo en total, representan el 30,7% del total de parados en la comunidad. Aquellos que cuentan con una titulación de FP, y pese a que muchas ramas se han visto perjudicadas por las características intrínsecas del tipo de empleo en una crisis financiera (construcción, administración, carpintería, infraestructuras), como ocurre en otras comunidades y países, los parados sólo representan un 14% del total. Los universitarios desempleados son 21.285 (el 9,19% del total) y el colectivo menos afectado por desempleo en Galicia son los que tienen Bachillerato y COU: un 8,5% del total de desempleados.

"Es, sin duda, un problema social en el que tenemos que seguir mejorando para que Galicia y su economía sea más fuerte en etapas complicadas. Tenemos que mirar hacia Europa y corregir ese 30% de fracaso escolar, que supone el abandono prematuro de la escuela, muchas veces por falta de orientación", explica Antonio Rial, director del Departamento de Didáctica de la Facultad de Ciencias de la Educación de Santiago. Para este experto, ese 30% de abandono anticipado de la educación obligatoria, sin obtener la mínima cualificación, se refleja luego en el mercado laboral.

"Debemos convencernos, y los jóvenes los primeros, de que sin cualificación no existen garantías de futuro. Es pan para hoy y hambre para mañana. Desde los 90 la modernización de la Formación Profesional ha solucionado muchos de estos problemas. Ese es el camino", añade Rial. Domingo Barros, del sindicato UGT, asegura que este año los cursos de formación para desempleados son incapaces de cubrir toda la demanda. "Muchos de los asistentes han agotado la prestación por desempleo y, con esta formación, además de obtener un certificado puntual, reciben 400 euros mensuales".