José María Arana, padre del marinero guipuzcoano embarcado en el Playa de Bakio Mikel Arana, aseguró ayer que los piratas sólo quieren "dinero" y, aunque todavía no han dicho qué cantidad reclaman ni cómo se puede hacer la operación, sí esperan que mañana vaya al pesquero un "mando" a "negociar".

En una conversación de "tres o cuatro minutos", su hijo le ha comunicó que los secuestradores no eran cuatro, sino diez y que el barco permanece fondeado en la costa de Somalia.

Arana, quien ayer debía finalizar el período de cuatro meses de prácticas como "engrasador" que formaba parte de sus estudios marítimos, ha advertido de que los captores del Playa de Bakio no son "unos pobres pescadores" que se habían hecho "piratas, sino auténticos comandos, súper profesionales, bien armados y preparados, con unas actitudes militares y con mandos".

Mikel aseguró que los secuestradores tratan "bien" a los marineros y, aunque "les han robado cosas de los camarotes", el trato que reciben es "humano". "Les dejan circular por el barco y les permiten ir a sus camarotes y hacer sus necesidades, aunque la mayor parte del tiempo les tienen en el comedor de los marineros", precisó el padre, quien ha insistido en que los captores "hablan de su país, no como piratas en el sentido clásico de la palabra, sino un poco como si fueran un grupo de comandos militares preparados".

Respecto al momento del abordaje, el joven sí recordó que se produjo de noche, que les "bombardearon" el barco y, aunque no saben qué tipo de armamento utilizaron, emplearon "una especie de cohetes".