Javier Sánchez de Dios / Santiago

La llamada Ley de Dependencia, considerada por la práctica totalidad de la opinión especializada como el cuarto pilar del Estado de bienestar, tiene un periodo de entrada en vigor de siete años, lo que ha provocado algunas dudas sobre su eficacia real. ¿Será útil de verdad esta normativa?

- anxo queiruga. Entendemos que sí, que puede resultar clave para que muchos ciudadanos tengamos acceso a lo que realmente necesitamos, que es la autonomía personal. Pero quiero dejar constancia de que lo que hoy es la Ley resulta fruto de una presión social importante, del trabajo de las organizaciones como las nuestras, porque en principio se trataba de una normativa pensada para las personas mayores, y dejaba fuera a los demás dependientes. Por tanto el resultado actual es fruto de la presión para la inclusión de colectivos de personas que no sólo son dependientes por la edad, sino por otras circunstancias físicas o psíquicas. Pero en cualquier caso entendemos que su utilidad, si se aplica tal como se plantea, será muy alta e importante.

- elías palacio. Coincido en que la ley debe ser útil y sobre todo puede resolver problemas a muchas personas, dependientes y sus familiares, que hasta ahora estaban en circunstancias penosas o de clara inferioridad. Y lo digo desde una organización como la nuestra que, en principio, se opuso a la ley y que fue muy crítica con ella, entre otras cosas por cómo se gestó. El gobierno en un principio contó sólo con los sindicatos y la patronal, aparte de los grupos políticos, quizá por las expectativas de creación de empleo que generaba, y fue, como se ha dicho, a base de presionar, reclamar y reivindicar el papel de nuestras organizaciones como se cambiaron algunas cosas. Hoy somos optimistas en cuanto a su utilidad, porque de su necesidad ya estábamos convencidos.

- luis sánchez. Aunque las familias numerosas tenemos una problemática diferente, nos sentimos involucradas porque muchas veces hay en su seno dependientes, por edad o condiciones físicas o psíquicas, y cuando eso ocurre la situación incluso puede agravarse. Para mí, la ley es básica porque convierte la asistencia en un derecho, y eso se aplica igual a las personas mayores que a los dependientes por otras causas. Aunque quiero decir también que una ley no siempre es bastante: hace falta más, voluntad de aplicarla y medios, porque de lo contrario podría ocurrir como con la de Familias Numerosas de 2003, que finalmente se quedó en agua de borrajas a pesar de que también existe una evidente necesidad por afectar a miles de personas.

- Se ha citado la cuestión de los medios. ¿Tiene esta Ley en su opinión previstos los necesarios para afrontar el problema?

- queiruga. Los medios, en este tipo de cuestiones, nunca sobran, y probablemente tampoco se podrán dar por satisfechos con los que hay ni quienes promulgan y respaldan la Ley. Nosotros creemos que ahora mismo existe una previsión razonable, de forma que las previsiones se puedan cumplir. En cuanto a la asistencia social como un derecho y no como un elemento graciable, es evidente que debe ser así, y está claro también que las organizaciones han de estar atentas para que el cumplimiento y la aplicación sean los adecuados.

- palacio. Bueno, es todavía algo prematuro concretar una opinión fundada sobre los medios en detalle, habida cuenta de que ha sido esta misma semana cuando se ha reunido el Consejo Interterritorial encargado de analizar la cuestión, pero en principio y en general parece que el esquema que se dibuja resulta adecuado. Pueden aparecer siempre algunas disfunciones, ciertamente, pero la propia ley articula medios para superarlas. ¿Voluntad política de cumplir? Parece evidente que si no existiera, mal nos iría a todos.

- sánchez. Vamos a ver, no he querido poner en duda la voluntad política con la que se elabora y se aplicará esta Ley, que repito considero necesaria. Lo que sí constato, porque en nuestro caso ocurrió, es que en ocasiones una cosa son las promesas y otra bien diferente la realidad. El propio actual presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero, cuando vino a nuestro congreso en Santiago, asumió una serie de reivindicaciones que por el momento no se han satisfecho. Eso es lo que he dicho o querido decir, ni más ni menos.

-En algunos sectores preocupa el plazo, de siete años, que contempla la Ley para su completa aplicación. Se considera demasiado largo...

- queiruga. Bien, eso es opinable. En todo caso conviene dejar claro que en el primer año se atenderá ya a los casos más importantes, a los que más necesitan la atención de inmediato, los que se llaman los grandes dependientes. En Galicia, concretamente, suman unas dieciséis mil personas, sobre un total de ochenta y cuatro mil, en cifras de la Xunta, que se consideran dependientes por edad o por condiciones físicas o síquicas. La aplicación de la Ley, con una población a nivel de todo el Estado, ha de hacerse de una forma escalonada por razones obviamente presupuestarias pero también por razones de tipo operativo.

- palacio. No parece que el plazo de aplicación de la Ley pueda generar, como se ha dicho en algunos sectores muy concretos, una especie de frustración ni que se pueda hablar por ello de falsas expectativas. Sobre todo en un segmento de la población que durante mucho tiempo ha estado casi olvidado, por no decir marginado. En todo caso ya se ha dicho que efectivamente se establece un orden de prioridades, digámoslo así, para atender en primer lugar a los casos más urgentes, y el esquema previsto resulta adecuado en nuestra opinión, aunque repito que todo en la vida es perfectible, especialmente en los asuntos de derechos sociales.

- sánchez. Yo discrepo, aunque la problemática específica de que hablamos la conozcan mejor mis compañeros. Pero en principio me parecen, siete años, un plazo demasiado elevado, sobre todo si se tiene en cuenta que hay muchas personas susceptibles de ayudas que tienen una edad elevada y que por tanto podrían no recibirlas nunca. Creo que el plazo es consecuencia de cuestiones presupuestarias, y en ese sentido es inadecuado establecerlo tan largo. Se ha anunciado la Ley a bombo y platillo, creo que hay también una intencionalidad política, y por lo tanto ya que la anuncian deberían aplicarla cuanto antes en su totalidad.

- Galicia, por diferencias geográficas y poblacionales, ¿necesita otro tratamiento, por ejemplo económico.

- queiruga. Bueno, a mí me parece que es evidente que las circunstancias de Galicia son diferentes a las de otras comunidades, y por tanto habrá de atenderse de forma diferenciada desde la perspectiva económica y asistencial. De hecho, Vicepresidencia de la Xunta llegó a un acuerdo el año pasado con el Ministerio para habilitar una serie de cantidades a mayores precisamente atendiendo a esos dos conceptos, un acuerdo en el que se incluyó por primera vez el concepto de deuda histórica. En ese sentido habrá que confiar en que esas diferencias se tengan en cuenta.

- palacio. Bueno, diferencias hay en todas partes, aunque efectivamente es verdad que en unas comunidades hay más que en otras. De todos modos la Ley entiendo que habrá de aplicarse de una forma similar para todos, porque se trata de una norma para las personas y no para los territorios, es una Ley para toda España. Por lo que se refiere a Galicia, ya se contemplan en la propia norma una serie de circunstancias para las que se habilitan centros de atención y redes asistenciales que permitirán, creo, que se pueda compensar el posible desequilibrio que exista.

- sáncHez. Estoy más de acuerdo en este caso y sobre este asunto con el presidente de CoGAMI: para mí es indiscutible que la realidad geográfica y social de Galicia crea diferencias con respecto a otras autonomías. No es lo mismo, ni cuesta lo mismo, acudir a atender a una persona, o desplazarla para ser atendida, en Castilla León, pongamos por ejemplo, que aquí, con núcleos poblacionales dispersos y abundantísimos. Conviene no olvidar que existen en Galicia casi la mitad de todos los que hay en España, unos treinta y tres mil aproximadamente.

- La Ley prevé el copago...

- Queremos autonomía personal, y la Ley se llama también así. Y si el copago es preciso lo aceptamos, aunque con el factor corrector de que pague más quien más tiene..

- palacio. En materia de copago la propia Ley establece una serie de disposiciones que atienden precisamente a la cuantía de los ingresos personales como factor corrector.

- sánchez. No estoy de acuerdo: hablamos de un derecho, no de mera asistencia social, y los derechos no hay que pagar para tenerlos. Es un procedimiento discutible.