Pegar a un hijo puede ser castigado por la justicia con tareas comunitarias. Así, el Juzgado de lo Penal Número 1 de Lugo condenó a un padre a realizar setenta días de trabajos en beneficio de la comunidad tras ser acusado de un delito de malos tratos a su hijo.

La titular del juzgado, Ana Rosa Pérez Quintana, privó además al padre del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años, según se recoge la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press.

Además, el fallo prohíbe al condenado, Ángel F.U., de 56 años de edad, aproximarse a su hijo o al domicilio o lugar de trabajo de éste, así como comunicarse por cualquier medio con él durante dos años.

Indemnización

En concepto de responsabilidad, la magistrada determinó que Ángel F.U. indemnice a su hijo, I.F.G., con la cantidad de 180 euros por las lesiones causadas y que abone al lesionado y al Servizo Galego de Saúde los gastos médicos devengados.

Los hechos que dieron origen a esta sentencia ocurrieron el pasado día 11 de marzo de 2007 sobre las 16 horas en el domicilio familiar que compartían el condenado y el agredido, situado en la ciudad de Lugo.

Según consideró confirmado la magistrada, el acusado Ángel F.U. inició una discusión con su hijo, con el que convivía. En esta pelea, tras arrojar el televisor al suelo, agredió al joven, lo zarandeó y le propinó varios puñetazos en la cara.

Como consecuencia de esta agresión, el joven sufrió lesiones consistentes en un hematoma en la zona interna del labio inferior, para lo que precisó asistencia facultativa. Su curación se prolongó durante seis días, durante los cuales no estuvo incapacitado para sus ocupaciones habituales.