X. A. Taboada / santiago

Alberto Núñez Feijóo asumió ayer el liderazgo del PP de Galicia con el apoyo del 96% de los votos del congreso regional del partido y puso punto y final a una etapa de dieciséis años acaparada por Manuel Fraga, quien abandona definitivamente la política gallega para irse al Senado. Feijóo tiene ante sí a un partido en horas bajas tras pasar a la oposición parlamentaria por primera vez desde 1989 y superar su peor crisis con el amago de escisión del PP de Ourense. Por eso ha apostado por una nueva dirección muy renovada, donde la mitad son caras nuevas, y ha buscado la unidad con una ejecutiva que integra todas las sensibilidades del partido para no crear malestar en el arranque del nuevo mandato.

En su discurso como nuevo presidente del PPdeG, Núñez Feijóo esbozó sólo algunas ideas del nuevo proyecto político porque su intervención la tuvo que acortar. Remarcó el "galleguismo" del PP, pero redefinido. "Somos galaico-españoles", matizó el sucesor de Fraga. Para él, el galleguismo es defender los intereses de Galicia pero sin entrar en conflicto y generar problemas en España. De eso, ilustró, se encarga el "nacionalismo pequeño", que por no conocer su identidad "necesitan hacer pruebas de RH o dar ocho fórmulas para definirse".

Núñez Feijóo abogó también por desarrollar al máximo las competencias de la Xunta poniendo como límite el marco constitucional para no generar problemas. "Queremos profundizar en el autogobierno, pero no queremos pleitear con el Tribunal Constitucional. Para eso ya están los nacionalistas catalanes", comentó el presidente de los populares gallegos.

En su discurso hubo críticas para la Xunta y especialmente para su presidente, de quien censuró sus cambios de opinión sobre el Estatuto de Autonomía y especialmente, sobre la definición de Galicia como "nación". "Tuvo que ir a Moncloa para descubrir que Galicia no es una nación. Para eso sólo tenía que hablar con nuestro partido. Galicia no es una nación", declaró.

Hizo también algunas confesiones, como que no se presentaría al congreso si Mariano Rajoy no fuera el presidente nacional del PP o que a Loyola de Palacio él le parece "un poco chulo" por tener el estilo de Álvarez Cascos.

Fuera de estas bromas, Feijóo apeló a la unidad del partido, advirtiendo que "no son cuatro", en referencia a las presidencias provinciales, "sino uno", y aseguró que para elaborar su equipo de dirección no respetó las cuotas territoriales, sino los méritos.

Feijóo admitió que el proceso precongresual había sido complejo, pero que al final se demostró la unidad del PP, superando los "errores" del pasado y "algunas divisiones". Su liderazgo lo refrendaron 2.159 compromisarios. Otros 90 votaron en blanco.

"No sé que apóstol soy de Fraga, pero no seré Judas"

En su primera intervención como presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo nombró una larga lista de personas a las que quiso mostrar su gratitud. La primera fue, obviamente, Manuel Fraga, quien le llamó para el Gobierno hace tres años y le promovió a vicepresidente de la Xunta. Y ayer le prometió lealtad desde su nuevo cargo.

"No sé si dentro de sus apóstoles seré San Pedro, San Juan o Santiago pero yo nunca seré Judas", le garantizó al fundador del partido.

Hubo también reconocimientos para Mariano Rajoy y para los ex ministros José Manuel Romay y Francisco Álvarez Cascos -ambos presentes en el congreso-, por contar con él para ponerlos al frente del Insalud y de Correos.

Pero en su lista de agradecimientos, que en algún caso sonó como gracias por los servicios prestados, incluyó también a Albor, José Cuiña, López Veiga, Victorino Núñez, García Leira y Pérez Vidal.

Feijóo ofreció a López Veiga, quien aspiró a la presidencia del PP, un puesto en la ejecutiva regional, pero el ex conselleiro de Pesca lo rechazó.

Baltar promete lealtad "incondicional"

El presidente del PP de Ourense, José Luis Baltar, expresó su "apoyo incondicional, sin exigencias ni contrapartidas" y también "lealtad" a Núñez Feijóo. La palabras de Baltar tienen un sentido especial porque hace año y medio protagonizó una revuelta en la que amenazó con escindirse el PP de Ourense y porque apoyaba a Cuiña -quien no asistió al congreso- como sucesor de Fraga. Ayer explicó al congreso por qué apoyo a Cuiña y luego a Feijóo.

El presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán, resaltó el peso decisivo de la militancia de su provincia para decidir el ganador del congreso.