El mando de la Brilat (Brigada Ligera Aerotransportable) ha ordenado la suspensión de todos los permisos y vacaciones para que la familia militar, al completo y unida, esté lista para recibir y rendir homenaje a sus doce compañeros fallecidos al estrellarse un helicóptero en Afganistán el pasado martes. Es previsible, tal como apuntó el subdelegado del Gobierno de Pontevedra, Delfín Álvarez, que la Brilat acoja uno de los funerales oficiales.

Además, deberán estar preparados por si se recibe alguna directriz desde el Ministerio de Defensa en el sentido de que tengan que ponerse en marcha hacia el país árabe.

Por otro lado, la presencia hoy en la base General Morillo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explica también la suspensión de las libranzas, ya que los efectivos deben estar preparados para presentarle los honores protocolarios correspondientes.

Rodríguez Zapatero llegará al cuartel de Figueirido acompañado por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño. Allí tiene previsto expresar sus condolencias y solidaridad tanto a los familiares de las víctimas como a los militares acuartelados en la base, que viven estas jornadas con gran consternación y dolor.

Intimidad

Mientras que las familias y amigos de los militares fallecidos pedían ayer que se les dejase vivir su dolor en la intimidad -aunque agradeciendo el interés y las muestras de afecto recibidos-, en la base General Morillo se reiteraba a mandos y tropa las órdenes de guardar silencio y discreción sobre lo sucedido. Se quiere frenar cualquier tipo de especulación sobre las causas del siniestro y el estado de ánimo de los militares.

Algunos familiares y soldados se habían quejado, en las primeras horas, del hermetismo oficial, aunque los primeros reconocían ayer que, "en términos generales, hemos recibido un buen trato, afectuosos y nos han ofrecido ayuda".

Desde la Brilat, y por tanto desde del Ministerio de Defensa, y también desde la Xunta de Galicia se ha ofrecido a las familias apoyo psicológico.