La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
Colorear Vigo con tinta de grafiti. // J. Lores | FdV
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.
La calle Eduardo Chao, a la altura de la sede de la Diputación, se convirtió ayer en un museo de arte urbana al aire libre con la celebración de la segunda edición de la Batalla Mural. El evento reunió a 13 grafiteros que, desde las 10.00 hasta las 17.00 horas, tuvieron que expresar su creatividad con esprays y pintura sobre un mural de 2 x 2,5 metros en base a un tema que conocieron minutos antes de empezar a colorear el lienzo: propuestas para conseguir un mundo mejor.