Es posible que la variable de la edad no sea el aspecto más importante para la participación en campamentos de inmersión lingüística. Para aprender un idioma lo esencial es querer, sentir que una lengua más me ayudará a comunicarme y una tercera razón que acelera el aprendizaje: la necesidad. Si mezclamos estas tres razones y añadimos ilusión, habilidades sociales y resiliencia, la edad será lo de menos.

Hay que tener en cuenta que actualmente los campamentos de inmersión no tienen por qué realizarse en el país donde se habla la lengua, como era habitual en el siglo pasado, hoy es posible realizarlos en nuestra misma comunidad, acompañados por nuestro tutor/a de la escuela y por un corto espacio de tiempo, así que este tipo de modalidad promueve que estas estancias tengan un plus de seguridad afectiva que los hace viables para el alumnado de primaria. Es así que ya desde los 10 años hay campamentos de estas características, lúdicos y con personal nativo. También existen las modalidades de día para alumnado más joven. Es necesario que el participante conozca qué va a hacer allí, cómo es el lugar al que va y las pequeñas dificultades a las que se va a tener que enfrentar.

- Beatriz Castro Suárez, docente