Pones una palabra y el programa escribe, él solo, un texto a partir de dicha palabra. Vuelves a poner otra palabra, o varias, y el programa elabora otro texto distinto. Crea un texto en función de lo que le sugiere esa palabra (o frase) inicial. Es más, a partir de un pequeño resumen de un tema, por ejemplo, “Los ríos de España”, puede desarrollar un amplio texto. A partir de una idea inicial puede desarrollar todo un trabajo. Si dicho texto se aproxima más o menos a lo que uno espera leer, eso ya es otra historia... A veces es fácil percibir que ese texto ha sido elaborado por una máquina. Otras veces no tanto. Y se supone que a medida que pase el tiempo las diferencias serán menores.

Gracias a la inteligencia artificial

Y todo esto es posible gracias a la inteligencia artificial. Se trata de la API (interfaz de programación de aplicaciones) de OpenAI a la que se accede a través de esta dirección. Ya permite experimentar con elaboración de textos, traducción, lectura de código... OpenAI es una compañía de investigación de inteligencia artificial (IA) sin ánimo de lucro cofundada por el magnate Elon Musk (PayPal, SpaceX, Tesla...) que tiene como objetivo promover y desarrollar “inteligencia artificial amigable” de tal forma que beneficie a la humanidad en su conjunto. Según la declaración de la propia compañía, tiene como objetivo “colaborar libremente” con otras instituciones e investigadores al hacer sus patentes e investigaciones abiertas al público. Las API pueden tener tanto una como varias funciones, pudiendo llegar a ser auténticos kits de herramientas.

Modelo GPT-3

OpenAI es la compañía creadora del modelo GPT-3, con tecnología basada en inteligencia artificial. Este modelo permite crear contenido escrito de forma automática y eso es posible gracias a su algoritmo lingüístico preentrenado. Se parece a un texto predeterminado. Pero ya es capaz de desarrollar un texto completo, con sentido, sobre un tema o una tarea que se le encargue, tipo Alexa.

Con un texto inicial, aunque sea corto, GPT-3 dispone de material suficiente para desarrollar un texto. ¿Tiene ese texto sentido? ¿Está escrito correctamente? ¿Parece un texto ideado o escrito por una persona o se percibe que ha sido creado por un programa?

Todas estas preguntas son lógicas a la hora de utilizar este tipo de herramientas. Y analizar el fin para el que se usan. De hecho, podemos entrar en un dilema ético. Evidentemente, GPT-3 guarda contenido de páginas web, de internet, de artículos científicos, Wikipedia... En la medida en que se trata de un mero recopilador de información puede ser una buena herramienta para agilizar procesos de búsqueda de contenido, de documentación o de producción. De hecho es una buena base para muchos desarrolladores que la utilizan para crear otras funciones o servicios. Y con OpenAI en estos momentos puede hacerse libremente, abierta para experimentar con IA en escrita, traducción o interpretación de ‘emojis’... Empiezan a verse los primeros ejemplos de su uso también en redes. Pero, ¡ojo!, porque dependiendo del fin su uso puede ser correcto o puede ponerse en entredicho. ¡Tendrán que estar atentos, por ejemplo, los profesores a la hora de corregir!

Más allá de este programa Open AI, la experta Amparo Alonso nos cuenta que la IA puede componer textos, “escribir” obras de ficción cortas, componer música... “Hace poco completó la X Sinfonía de Bethoven. Cosas muy interesantes", explica.

Xavier Estévez, docente y escritor. XAVIER ESTÉVEZ, PROFESOR.

Xavier Estévez, docente y escritor

“Es bueno para búsquedas y documentación”

“El software me parece maravilloso, algo prodigioso. Debemos tener en cuenta que los algoritmos probablemente van a hacer todo, o casi todo, mejor que nosotros. Ahora bien, si analizamos el hecho de elaborar un trabajo mediante esta herramienta, como algunos ejemplos que se ven en redes, poner en un folio la vida de los ‘Reyes Católicos’ no sirve de nada. Pero el proceso para llegar a eso sí sirve. Es una cuestión de aprendizaje. Una persona que quiera aprender algo no debería usarlo con el fin de copiar. Saber cosas es fundamental. ¿Qué aprendizaje hay si no aprendes nada?”.

Víctor Arufe, profesor universitario. Casteleiro/Roller Agencia

Víctor Arufe, profesor universitario

“Es un proyecto fascinante; hay que usarlo bien”

“Es un proyecto súper interesante. Creo que todavía no está muy desarrollado pero me parece fascinante la idea del creador de juntar todos los datos de internet y que esa inteligencia artificial haga su magia. Considero que es bueno para búsqueda de ideas o inspiración. ¿La parte negativa? Intentar hacer un trabajo de forma rápida y fácil. Pero bueno, en la universidad todos los trabajos se pasan por lectores antiplagio. En Primaria y Secundaria se utiliza Wikipedia e internet para aprender a seleccionar la información. Es labor del docente enseñarles a utilizar bien las herramientas”.