La playa de Arealonga se encuentra en la parroquia de Fazouro, en el concello de Foz y, ubicado sobre una pequeña península llamada Punta do Castro, se alza un asentamiento castreño que probablemente estuvo habitado hasta la ocupación romana. Situado en un lugar estratégico y con espectaculares vistas, tiene la dimensión mágica de otros castros gallegos, ya que su posición en lo alto, según sus moradores, facilitaba el contacto con el más allá. Declarado Bien de Interés Cultural, se conserva musealizado al aire libre y las diversas excavaciones han sacado a la luz interesantes hallazgos.
El castro posee un único recinto defendido por un foso excavado en el istmo de unión entre el poblado y la tierra, lo que le proporciona aislamiento. Interiormente existen dos líneas de parapeto o muralla, solamente conservadas en su lado oeste. Toda la construcción junto con el acantilado forma el recinto fortificado.
Las estructuras de las viviendas corresponden al último momento de ocupación del asentamiento, hacia el siglo III después de Cristo. Se conservan nueve construcciones de planta cuadrangular, además de una ovalada, con zonas de paso y patios enlosados y elementos singulares como los bancos de piedra que poseen algunas edificaciones adosados interiormente a los muros. Podrían tener diversos usos, como área de trabajo o como apoyo de utensilios.
El poblado ocupa una superficie de unos setecientos metros cuadrados, aunque es posible que la erosión marina propiciase la desaparición de una parte. En las excavaciones arqueológicas se han encontrado numerosos materiales como cerámicas, fíbulas y monedas. La playa de Arealonga, además de su belleza natural, tiene otra singularidad, y es que aquí se han encontrado yacimientos de turbas con una antigüedad de miles de años, quizás vestigios de un lago que había en la zona siglos atrás.
En Fazouro merece la pena visitar la iglesia de Santiago, del siglo XVIII, edificada sobre otra anterior de la que tan solo se conserva la puerta principal, con arco de medio punto, y la del muro izquierdo. Además del retablo mayor de estilo rococó, cuenta con interesantes imágenes en el interior.
Siglos de historia contemplan otro monumento cercano e insigne del arte y la arquitectura gallega: la basílica de San Martiño, sede episcopal por cuyas estancias pasearon figuras como la de San Rosendo. Fue también monasterio, y su belleza y porte salta a la vista desde cualquier ángulo. La iglesia, construida entre los siglos XI y XII sobre un antiguo templo prerrománico del X, está considerada una de las catedrales más antiguas de España.
Duración: 3 h. 30 min.
Dificultad: Fácil/media
Ruta: Señalizada
Coordenadas: 43º34’19.2’’N/ 7º14’54.7’’O
Desnivel medio: 5 metros
Longitud: 17 kilómetros
