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Ilustraciones que reflejan las tres facetas de Faustin: la científica, la religiosa y la educadora.

El ourensano Faustino Míguez, canonizado santo y sabio

Fue un excelente investigador botánico, un prestigioso farmacéutico y un gran educador al que se le recuerda por su labor de incorporación de las niñas a la enseñanza

Cuenta Xosé Luis Méndez Ferrín que su amigo, el poeta Celso Emilio Ferreiro, estaba tan ilusionado con que Faustino Miguez González fuese proclamado santo que había prometido que ese día acudiría a Roma vestido, probablemente por primera y única vez en su vida, de frac y luciendo la medalla de Salvamento de Náufragos con la que lo habían galardonado por ayudar a rescatar a un niño que se ahogaba entre Navia (Samil) y Coruxo. Al escritor no le alcanzó la vida para cumplir su promesa, porque su tío bisabuelo fue canonizado el pasado 15 de octubre en El Vaticano por el Papa Francisco.

La de Faustino Miguez, no obstante, es una figura que, salvo entre los círculos de las calasancias y los escolapios, resulta mayoritariamente desconocida en Galicia, y sin embargo su vida y sus obras son dignas de homenaje. Había nacido, con el nombre de Manuel, en la aldea de Acevedo (Celanova) el 24 de marzo de de 1831. A los siete años, se trasladó a estudiar Latín y Humanidades en el Santuario de Nuestra Señora de los Milagros, en Ourense, ingresando posteriormente en el noviciado de los escolapios de Madrid donde, en 1850, es ordenado sacerdote: a partir de ese momento adopta el nombre de Faustino de la Encarnación.

Hombre de férrea vocación por la Enseñanza, su experiencia en Guanabacoa (Cuba), donde ser formaban buena parte de los futuros maestros de la entonces colonia española,fue decisiva. En Guanabacoa, observando el uso tradicional que los cubanos hacían de las plantas para el tratamiento de las enfermedade, surge otra de sus facetas más destacadas, la científica, y decide dedicar parte de su tiempo a las plantas medicinales, hasta el punto de convertirse en un gran especialista en fitoterapia. Su capacidad investigadora hizo que, ya de regreso en España, el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) le encargara el análisis de la propiedades terapéuticas de las aguas de los manantiales del municipio. Por otra parte, cuando fue destinado a la localidad madrileña de Getafe ya gozaba de tal prestigio que muchos enfermos de toda España acudían a él para ser atendidos. Fue precisamente en Getafe donde fundó el Laboratorio Miguez (que permaneció abierto más de un siglo), el único laboratorio farmacéutico de España regido por religiosas. Doce de los medicamentos ideados por Miguez están registrados en la Dirección General de Sanidad desde 1922 y se han vendido en farmacias de toda en España. Al ya santo Faustino, se le atribuye incluso la curación del infante Alfonso de Borbón, futuro Alfonso XIII, cuando en 1889 padeció una fuerte y grave neumonía gripal.

Profesor de Latín, Historia, Álgebra, Geometría, Geografía, Física y Química, entre otras materias, a Faustino Miguez también hay quien le conoce como "el santo feminista", lo cual tiene su fundamento en el período de su vida que pasó en Sanlúcar de Barrameda. Allí, en la localidad gaditana, ante la situación de marginación educativa de las niñas, resuena en él la importancia de la mujer para la sociedad. Y así (debe disculparse algún matiz hoy políticamente incorrecto producto del contexto histórico) escribe: " €de estas almas, de esas heroínas que también se forman en el hogar doméstico cuando la madre es lo que debe ser y desempeña en aquel las funciones de apóstol que le corresponden, y también en la sociedad: [€] hacerlas buenas cristianas y miembros útiles de la sociedad de que deben formar un día la parte más interesante".En este contexto, se siente urgido a poner fin a esta situación desde un servicio incondicional de caridad. Funda entonces el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, desde el que propone una educación integral, que abarca la "formación del corazón, los sentimientos, la personalidad y la ilustración de la inteligencia", y así "evitar que la inocencia del corazón se pierda entre las tinieblas de la ignorancia".

Pero su acción educativa no se reduce al ámbito de la escuela. Vive en contacto con las realidades vitales del pueblo, con sus problemas y necesidades, su dolor y enfermedad. Está atento a los cambios de la sociedad de su tiempo, al ambiente familiar, y a su entorno. Y se deja afectar por todo ello: "Soy del pueblo y para el pueblo", dejó escrito.

Como educador, quienes le conocieron destacaron su "entrega diaria, su trato amable, humano y delicado con los alumnos, el carácter experimental y práctico que da a las asignaturas que imparte, su capacidad de animar y alentar hacia el bien, y su preocupación por los alumnos más atrasados". Son interesantes sus aportaciones a la didáctica de las Ciencias con los libros que escribió: "Nociones de Historia Natural", "Nociones de Física Terrestre" y "Diálogos sobre las Láminas de Historia Natural".

Faustino Miguez fallece en Getafe el 8 de marzo de 1925 (curiosamente, el Día Internacional de la Mujer). Desde En el año 2000 se inauguró un museo dedicado a su vida y obra en esta villa del sur de Madrid.

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