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Carreras de obstáculos

Universitarios vigueses, estudiando en una Facultad.

Los alumnos son los primeros interesados en que la formación que reciben facilite su inserción laboral. Miguel Diéguez, estudiante de Ciencias Jurídicas y del Trabajo en la Universidad de Vigo, señala que "tener una carrera universitaria no te garantizaba acceder a un puesto de trabajo, pero hay un índice de paro más bajo entre los titulados. Tener más formación sigue siendo una garantía a la hora de encontrar trabajo, pero al mismo tiempo, España tiene el dudoso honor de ser el segundo país europeo, detrás de Turquía, con el mayor índice de jóvenes que están sobrecualificados para el trabajo que realizan".

Añade este joven vigués que no se trata tanto de un problema de la Universidad española que no se adapta al mercado laboral, "sino del propio mercado de trabajo que tenemos en España. Para mí sería terrible que la Universidad se adaptara a un mercado que ha hecho del pelotazo la forma del enriquecimiento económico, que no tiene una industria que apueste por la investigación ni de alto valor añadido€".

El joven lugués Luis González Varela acaba de dar el salto del mundo académico al profesional: tras graduarse en Ingeniería Informática en el campus de Ourense, ahora trabaja como analista programador en el Grupo de Investigación de Tecnología Energética de la Universidad de Vigo. Conoce bien los problemas de los universitarios pues hasta hace unas semanas formó parte del Claustro en representación de los alumnos.

En su opinión, desde el punto de vista de la docencia "falta un contacto más cercano con el sector privado, sobre todo debido a los recortes de los últimos años, porque antes, con el proceso de implantación de Bolonia, se incluía la figura de los profesores asociados, que estaban dentro del ámbito privado y que impartían docencia auxiliar dentro de las titulaciones". Esa figura, explica Luis Varela, prácticamente ha desaparecido con los recortes económicos. "Ahora no hay un enlace directo entre la Universidad y las empresas privadas en ese sentido. Las empresas se relacionan con los equipos de investigación, pero no con los estudiantes. Difícilmente te puede asesorar sobre el mundo laboral actual un docente que no tiene relación con el mismo y que, en algunos casos, nunca ha trabajado en el sector privado".

También Miguel Diéguez alude al Plan Bolonia. Comenta que la representación estudiantil de los últimos tiempos se opuso sin éxito al plan Bolonia, "pero si nos van a aplicar Bolonia, que lo hagan con todas sus consecuencias, porque como modelo universitario tampoco estaba tan mal. Tenía cosas muy negativas, como cobrarnos una barbaridad por las tasas, pero como método docente no era tan mala idea. Pero si nos aplican Bolonia, que lo hagan con 20 alumnos por clase, con prácticas reales y con una serie de dotación de medios, algo que no se está haciendo".

Chicos de los recados

"El problema -continúa- no es que haya colaboración empresa-Universidad, sino que se nos está utilizando a los estudiantes como chicos de los recados o para servir cafés, que hagamos unas prácticas muy malas y sin pagarnos. No es el modelo de prácticas que deberíamos tener. Incluso cuando se realizan prácticas útiles, el problema es que no se paga un euro por ese trabajo".

Brais Comesaña dejó la carrera de Ingeniería para montar junto con otro socio su propia empresa de complementos de moda, Carrick Bracelets. Desde su experiencia personal, cree que "la Universidad no está sirviendo para encontrar trabajo, porque sales con una serie de conocimientos teóricos, pero con muy poco conocimiento del mundo real. Mucha gente de la que entrevistamos en nuestra empresa no sabe cómo buscarse la vida, cómo resolver los problemas que se les presentan". Añade que "en la Universidad no nos enseñan a vender, y todos los días tenemos que vendernos: con nuestros amigos, con nuestros socios, con nuestra pareja, con nuestro jefe€".

Afirma Brais que no se puede asociar el hecho de tener una carrera al de conseguir un empleo, "y en el caso de que se encuentre, las condiciones laborales son malas". Pero, ya como empresario, lamenta que "tampoco hay ayudas para que las empresas puedan incorporar a esa gente de una forma fácil".

"La clave -apunta este joven empresario- reside en hacer algo que te apasione. Si dudas, es mejor pasarse un año descubriendo a qué quieres dedicar el resto de tu vida y después ponerte a aprender sobre ello". En su opinión, hay dos formas de asistir a la universidad, "para buscar un titulo o para aprender; para el título vale cualquiera, para aprender no valen todos los estudiantes ni todas las universidades", concluye.

En cuanto al papel empleador del sector privado en relación a la Universidad, ya sea mediante prácticas (voluntarios u obligatorias) o mediante contratos en prácticas, Luis Varela entiende que "ha generado un entorno de explotación directo y subvencionado por las propias Universidades para una serie de empresas, de todos los tamaños, que se aprovechan de esa obligatoriedad para mantener plantillas funcionales, año a año, formadas en su mayor parte, o en su totalidad, por estudiantes en prácticas". Admite que la situación es distinta según donde se estudie. En su caso comenta que tuvo mucha suerte porque la Escuela de Informática de la Universidad de Vigo tiene un nivel muy alto en comparación con el resto de las escuelas españolas. "Durante los últimos años, los directores de la Escuela han hecho un trabajo muy bueno en esa relación con las empresas privadas, y así, mientras en otras carreras tienen problemas para encontrar trabajo, nosotros tenemos más ofertas que estudiantes titulados. De hecho, yo tenía un contrato esperándome tres meses antes de acabar la carrera". Eso sí, admite que aunque a los ingenieros informáticos no les falta trabajo, "tenemos la contrapartida que en España no nos pagan muy bien ni las condiciones son muy buenas".

Jessica Casal, estudiante de Ciencias Jurídicas y del Trabajo en la Universidad de Vigo, conoce bien esa transición entre el aprendizaje en las aulas y el mundo laboral, pues ha hecho prácticas en una ETT como seleccionadora de candidatos. "Lo que te piden muchas empresas es, por ejemplo, un ingeniero, de 27 años, con 4 años de experiencia, dos idiomas, que no le importe irse al extranjero, que no tenga cargas familiares€ y con un salario mínimo", afirma Jessica. Su experiencia en la ETT confirma lo que todo el mundo sabe, que muchos jóvenes tienen que aceptar trabajos para los que están sobrecualificados. "Algunos con dos carreras trabajan como dependientes de comercio", señala.

Comenta que en otros países europeos, muchos estudiantes compaginan los estudios con el trabajo ya desde el Bachillerato, por lo que, además de poder pagarse sus estudios, tienen un mejor conocimiento del mundo laboral. "Aquí, olvídate de compatibilizar tu carrera con un trabajo porque no hay ningún tipo de facilidad y además vas a cobrar una miseria", añade Jessica Casal.

Lamenta esta joven la falta de preparación de los universitarios españoles para enfrentarse al mundo laboral, e incluso para presentarse a una entrevista de trabajo: "más de un amigo me ha preguntado cómo tiene que ir vestido en esas ocasiones". Cree que en la Universidad hay diversas iniciativas destinadas a los estudiantes emprendedores que quieren montar su propio negocio, pero no para fomentar el empleo juvenil del resto de los estudiantes.

La viguesa Marta Alonso Abalde estudió Biotecnología en la Universidad de Oviedo y actualmente se encuentra en Francia haciendo un máster en Ingeniería agroalimentaria y trabajando. En su opinión, "la Universidad española dispone de buenas infraestructuras e instalaciones. El problema es la diferencia que existe entre los estudios y el trabajo. El modelo universitario no satisface las necesidades del mercado debido a la falta de contenido práctico". Añade que actualmente el mundo laboral tampoco dispone de una gran oferta y "las empresas buscan personas con experiencia, al menos de dos años, cuando el periodo máximo de prácticas en dicho mundo es de tres meses -si es que existe-. Facilitar la incorporación de jóvenes titulados a puestos de trabajo relacionados con su dominio debería ser una de las prioridades".

Uno de cada diez egresados de la universidad de vigo ocupa un alto cargo directivo

  • "Casi el diez por ciento de los titulados de la Universidad de Vigo ocupan altos cargos directivos", destaca su primer rector, Luis Espada Recarey, que trabaja ahora al frente del Observatorio de Egresados y se ha puesto en contacto con unas 86.000 personas que pasaron por las aulas del centro desde el año 1990. Hace un año, Luis Espada y su equipo presentaron un informe sobre la situación profesional de los titulados por la Universidad de Vigo entre los años 2005 y 2010. La tasa de inserción laboral de ese periodo fue del 78,5%, por encima de la media nacional del curso 2009-2010 que fue del 75,6%. Ese estudio tiene el interés añadido de corresponder a un periodo marcado por la crisis económica. "El nuevo trabajo que estamos preparando es mucho más amplio, pues abarca 25 años; nos remitimos a 1990, con las dificultades que eso entraña porque hay mucha gente que entonces no tenía e-mail y no es fácil de localizar", explica Luis Espada.El objetivo del Observatorio de Egresados es crear una especie de "cordón umbilical" con los titulados que quieran colaborar con la Universidad, para entre todos corregir lo que funcionó mal y potenciar lo más positivo de su paso por las aulas y para que expliquen su experiencia en los años posteriores. "Me interesan mucho las reflexiones personales que hacen, porque hablan de cómo afrontaron las dificultades que tuvieron que superar", añade el exrector, que desea que muchos de ellos "vengan a la Universidad de Vigo a explicarnos su experiencia" Destaca asimismo Luis Espada la importancia de la vocación a la hora de emprender unos estudios, "porque el individuo vocacional fuerte tiene una mayor capacidad de sacrificio y le supone menos esfuerzo el estudio. ".¿Se está adaptando la Universidad al mercado laboral? En opinión de Espada Recarey, "el objetivo de cualquier universidad es adaptarse a la cambiante situación social. La universidad tiene una misión formativa e investigadora, pero sin olvidar la sociedad en que vive, porque las cosas van cambiando. Estamos trabajando en esa adaptación, pero posiblemente no lo estamos haciendo al ritmo que deberíamos hacerlo, aunque eso lo tendrán que decir las empresas".De los titulados en la Universidad de Vigo en el periodo 2005-2010, el 9,6% trabajaba en el extranjero, "pero si extrapolamos los datos hasta la actualidad son casi un 15% los que trabajan fuera de España. Un dato significativo -añade Espada- es que el 95% de los que trabajan en el extranjero lo hace en su profesión". Desde su creación, hay titulados de la Universidad de Vigo en 40 países de los cinco continentes.

Miguel Diéguez - Estudiante

El problema no es de la Universidad, sino del mercado de trabajo que tenemos en España

Luis Varela - Ingeniero informático

Con los recortes económicos de los últimos años se ha perdido la figura del profesor asociado

Jessica Casal - Estudiante

No hay ningún tipo de facilidad para que podamos compaginar los estudios con un trabajo

Brais Comesaña - Emprendedor

De la Universidad sales con muy poco conocimiento del mundo real

LUIS ESPADA - Observatorio de Egresados. Universidad de Vigo

Posiblemente no nos estamos adaptando a los cambios de la sociedad al ritmo necesario

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