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El dibujo español de los siglos XVI al XVIII

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acoge unas obras emblemáticas procedentes de la galería florentina de los Uffici

"Santa Inés", por Carducho.

En el siglo XVIII acudían a España viajeros procedentes de todos los países europeos, entre ellos muchos artistas y mercaderes, para admirar y adquirir las creaciones de nuestros pintores y escultores. En 1746 el comerciante florentino Giovanni Filippo Michelozzi, que desarrollaba una amplia actividad mercantil en Madrid, compró una gran cantidad de dibujos de artistas españoles que posteriormente vendió a la Real Galería de Florencia y al escultor Emilio Santarelli. La familia de los Uffizi, ya entonces dueña de un importante conjunto de obras de arte, adquirió una parte de esta colección de dibujos españoles para unirla a los ejemplares que ya poseía, entre los que figuraban algunos de José de Ribera. A las adquisiciones de la colección importada de España por Michelozzi se unió en 1866 la donación de más de once mil dibujos que Emilio Santarelli hizo a los Uffizi, entre los cuales figuraba una amplia representación de obras realizadas de artistas españoles, más de 400, que Santarelli comprara a Michelozzi. De este modo se reunían en la colección de los Uffizi todos los dibujos que habían formado parte de una obra que compartía la misma procedencia. Este es el origen de la gran colección que los Uffizi poseen de dibujos españoles del siglo XVIII, la más amplia del mundo, sólo comparable a la que guarda la Biblioteca Nacional de España y muy superior a la que también albergan museos como el Louvre, el Kunsthalle de Hamburgo, la Spanic Society de Nueva York o el British Museum. Ahora los dibujos de la Galería de los Uffizi llegan a Madrid en una amplia exposición organizada por la Fundación Mapfre que se puede ver en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando bajo el título "I segni nel tempo".

Recuperación de autorías

Muchos de los dibujos de esta muestra son totalmente desconocidos para un público incluso experto, mientras otros han sido identificados recientemente tras una ardua labor de investigación del profesor Benito Navarrete, comisario de esta exposición. Navarrete ha desvelado más de setenta nuevas autorías de dibujos españoles que se atribuían a autores italianos, flamencos, alemanes y franceses. Entre los más importantes, el de Juan de Juanes para el "Cristo muerto sostenido por ángeles". Como resultado negativo, hay que señalar que tres dibujos atribuidos a Diego Velázquez han desvelado que su autor verdadero fue Diego Polo. Algunas obras que se pensaban de Domenico Beccafuni, como la "Circuncisión de Cristo", han resultado ser de Alonso de Berruguete. Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, ha recuperado la autoría del "Retrato de Pablo de Céspedes". "Cristo y el Cireneo" recobra a su autor Francisco de Herrera el Mozo. Es destacable la recuperación de obras para su creador original Claudio Coello después de muchos años de haberlas identificado como de Carreño. La influencia de los dibujos de Coello llegó hasta Luca Giordano, cuyo cuadro del altar "Virgen en gloria con santa Úrsula y San Fernando" es deudor de "La Virgen con el niño adorada por San Fernando" de Coello.

Entre otros autores que destacan en el dibujo español del siglo XVIII se encuentran Francisco Herrera el Viejo, Antonio del Castillo y Juan Fernández Navarrete el Mudo. Algunos estaban afincados en Italia y otros, como Juan Balmaseda, Gaspar Becerra o Luis de Vargas (muchas de cuyas obras se atribuían a Cristoforo Roncalli), estuvieron allí durante estancias formativas tras las que regresaban a España para ejercer su actividad. El más destacado de los que se formaron en Italia fue Alonso Berruguete. Otros, como Vicente Carducho, trabajaron en Madrid pero estaban muy relacionados con artistas florentinos. Entre las obras de Carducho destaca "Aparición de los ángeles músicos a San Hugo de Lincoln", preparatoria para su lienzo de la Cartuja de El Paular (hasta ahora atribuido a Antonio da Pordenone).

Hay aquí una representación de artistas de diferentes lugares de España: los valencianos Vicente Salvador y Orrente, los sevillanos Francisco de Herrera el Viejo, Juan Valdés Leal y su hijo Lucas Valdés, el granadino Alonso Cano, el orensano Santiago Morán el Viejo, que fuera pintor de cámara de Felipe III desde 1609 tras fallecer su maestro Juan Pantoja de la Cruz€ Hay también muestras de discípulos de grandes maestros, como Félix Castelo y Antonio de Pereda, de la escuela de Carducho, Antonio García Reinoso y Sebastián Martínez Domeda, seguidores del cordobés Antonio del Castillo, o Juan Antonio de Frías y Escalante y Mateo Cerezo, discípulos de Juan Carreño de Miranda. Por su parte, la excelente obra del asturiano Miguel Jacinto Meléndez culmina esta gran exposición al tiempo que representa la transición entre el último barroco y las novedades traídas de Francia por los Borbones. "Retrato de muchacha" y los tres primeros retratos de Felipe V (atribuidos originariamente al francés Roberto Nanteuil y después al veneciano Niccolo Cassana) son una de las muestras más destacadas de este autor que ahora pueden verse en esta exposición.

A través de los dibujos, los artistas perseguían diferentes objetivos, desde retratos y diseños, a experimentación de nuevas técnicas, estudios y pruebas a través de las que se puede seguir el proceso creativo de importantes obras de arte que forman parte del patrimonio cultural español. Los dibujos de Vicente Carducho aquí expuestos son un ejemplo importante para estudiar estos procedimientos. Como curiosidad, decir que algunos dibujos de esta muestra se han rescatado del envés de cartas y documentos sobre los que artistas como Alonso Cano improvisaban sus obras.

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