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Memorias

Ramón Allegue "Tigre Padrón": " El cine me hizo gozar más que el fútbol, al que llegué por mi mujer"

Tras su retiro del fútbol, alquiló una sala de cine en su pueblo, A Pobra do Caramiñal, "que me arruinó pero, eso sí, durante cuatro años me alegró la vida"

Ramón Allegue, conocido como el "Tigre Padrón", despeja un remate de Kubala en un partido entre el Celta y El Barcelona FDV

Fue portero del Celta desde 1954 a 1962, un total de 132 partidos, 80 en Primera División y 52 en Segunda, una etapa como titular indiscutible. como los 30 de la temporada 1959/60. Él dice que entró en el equipo por amor a una mujer, por venir desde la Puebla del Caramiñal a Vigo tras Dolores Barreiro, que vivía en esta ciudad y con la que tendría cuatro hijos. Hay quien afirma que Ramón Allegue Martínez, "Tigre Padrón", fue el mejor o casi el mejor portero que tuvo el equipo celeste, y hasta quien dice que de los mejores de España de su tiempo, aquella época en que sus colegas guardametas eran Ramallets, Eizaguirre, Juanito Acuña o Carmelo el del Athlétic de Bilbao. Padrón era muy arriesgado en sus salidas a los pies y contundente en los despejes con los puños, cualidades que tenían los antiguos metas españoles. En la temporada 1962/63, ficha por el Deportivo y juega de titular en el primer partido que se disputa en Riazor, nada menos que el Teresa Herrera y con el campeón de Europa, el Benfica, como adversario. Ganó el Depor. El cine fue siempre su obsesión desde niño, hasta el punto de que tras su retiro del fútbol alquiló el cine de su pueblo, que le arruinó pero le hizo feliz cuatro años. Filmó todo lo que pudo, desde que compró su primea cámara en los años 50, la TVG le publicó sus trabajos sobre la Costa da Morte y escribió dos libros: Mar tenebroso y Las sandalias del apóstol. Así cuenta su vida.

"Para ser más gallego que yo, hay que tener más de 82 años, que son los que voy a cumplir muy pronto si Dios quiere. Aparte de esos años, hay que conocer piedra a piedra toda la costa gallega desde la desembocadura de río Eo, en Ribadeo, hasta la desembocadura del Miño en A Guarda, así como todas las montañas, ciudades, pueblos y aldeas de toda Galicia, y además un poco de la historia y leyendas de esos pueblos y lugares. ¿ Por qué escribo todo esto?. Porque yo nací en un pequeño y bonito rincón de la bellísima ría de Arosa, en un pueblo que se asienta a los pies del "Monte Curota", 500 metros sobre el nivel del mar, y desde donde se divisa una de las vistas más bellas e impresionantes,quizás, de toda Europa. Desde su cima se divisan las "centinelas" de la ría de Vigo, las Islas Cíes, el centinela de la de Pontevedra y morada por un tiempo del gigante Gedión, la isla de Ons. Y debajo mismo de la falda de "La Curota" se despliega con todo su esplendor el mágico manto de toda la Ría de Arosa. ¡Grandioso!. Luego, a nuestro lado, vemos en su longitud el "mar tenebroso" de A Costa da Morte, con el guardián de la ría de Noya-Muros, el bien contorneado Monte Louro, así como un poco más lejano el "Olimpo de los dioses celtas", el Monte Pindo, y ya casi, perdido en la lejanía, el cabo del fin del mundo, ¡Finisterre!, donde las legiones romanas se sobrecogieron de espanto al ver como ese mar engullía, en su ocaso, un sol de gran tamaño como jamás habían visto. Así pues, yo nací un 24 de enero de 1934 en el bello pueblo que llevaba el bonito y sonoro nombre de Puebla del Caramiñal, éste y ningún otro es el nombre del pueblo donde nací. Los "irmandiños", mucho antes de que yo naciera, se encargaron de borrarlo. ¿Se comprende ahora lo de ser gallego?".

"Mi abuelo paterno, que me dio forma para llegar hasta este ingobernable y desconcertante mundo de animales llamados humanos reconocidos como "inteligentes", fue un joven zapatero de Puentedeume llamado José Benito Allegue, que hizo el servicio militar, de tres o cuatro años por aquel entonces, en la ferroviaria de Madrid, donde aprende el oficio y a manejar las máquinas del tren. De vuelta a Puentedeume, míster Stephenson, el padre o abuelo de nuestro magnifico escritor y literato Camilo José Cela, estaba construyendo el primer ferrocarril en Galicia, de Santiago de Compostela a Carril. José Benito se desplazó a la ciudad del Apóstol, que ya lo era por aquel entonces, a pedirle trabajo. Como las oficinas de Míster Stephenson estaban en Padrón, José Benito, al igual que otros empleados del inglés, se fue a vivir a Padrón, en donde conoce a mi abuela Mari Pepa, una bella campesina de Teallo, lugar de Laiño, que vendía la leche que recogía de sus vacas al ordeñarlas en la aldea. A los pocos años de casado, José Benito queda viudo y se vvuelve a casar con Emilia, la joven hermana de su difunta esposa, con la que se fue a vivir a la villa de Padrón, donde se instaló de nuevo como zapatero en su propia zapatería. Tuvieron tres hijos, Maruja, Pepe y Emilia, pero un drama familiar los deja huérfanos y Pepe, que luego sería mi padre, sería recogido por los frailes de Padrón. Allí aprendió el oficio de "rosquilleiro" donde paraban todas las carrilanas que iban a Santiago y años más tarde también lo harían los autobuses de línea. Buscando un futuro mejor, se fue a Villagarcía, donde comienza a trabajar en la panadería de Camilo Mera, y allí se enamora de una pequeña y hermosa morenita con ojos de azabache, que iba a buscar el pan, todas las mañanas, para la casa del médico en la que trabajaba como cocinera: mi madre. Como ella era de la Puebla del Caramiñal, se casan y se van a vivir al lugar de la Lomba, parroquia de San Isidro, que era donde vivían sus padres, mis abuelos maternos. Él, José Ramón, era de Meloxo, cerca del Grove, y de joven iba a La Puebla de remero en una trainera de ocho hombres para vender el pescado en la "fábrica do Poso" en la Ribeiriña. Aquí se enamoró de mi abuela Rosa y se casaron, quedándose a vivir allí mis padres.

Ramón Allegue "Tigre Padrón" junto a su mujer.

Ramón Allegue "Tigre Padrón" junto a su mujer.

"Con la venta de las tierras heredadas, mi padre compró una vieja fragua en La Puebla, en el "xogo da bola" , y montó una panadería que pronto cogió fama como " a panadería de Padrón", como luego llamaban s sus hijos en el pueblo: " os fillos de Padrón", "os padróns" , y por eso a mí se me conocía futbolísticamente como Padrón. Mi padre pronto fue el panadero más famoso e importante del pueblo, a donde siempre acudían los pobres que venían de otros lugares a pedir a la Puebla, bien los domingos de feria o en los días de fiestas, y a los que nunca les faltaba una taza de caldo para cenar y un buen colchón de "brosa" para dormir. Era tan conocido el auxilio que prestaba que, pobre que preguntaba dónde podía dormir, le decían: "Vaite a o forno de Padrón, que ali tes cama para dormir e caldo para cenar". De poco le sirvió cuando llegó la guerra y, si tuvo problemas con las izquierdas por ser de derechas, y no cuento ahora los acosos y requisas sufridos, los tuvo también con los suyos por esconder en su casa a dos perseguidos por comunistas. De la condena a muerte le salvó una vecina. Pasó la guerra, murió al poco tiempo, cuando yo tenía 14 años, y su entierro llenó de consternación y dolor, sentido de verdad, a casi todo el pueblo, y fue tan multitudinario como el del médico don Senén, que hasta entonces había sido el que había concentrado más gente".

"La primera imagen que recuerdo de mi vida, quizás a mis 3 o 4 años, es a un hombre de casi dos metros y más de 100 kilos que me levantaba en alto y me decía: ´Cando sexas grande, tes que ser mariñeiro.´ Era mi padre, y ya entonces supe que no quería serlo. Otra es de agosto del 37, con 3 años también, cuando oí llorar a mi madre de noche,salí al pasillo y vi a la tía abuela de mi amigo Franco Cobas, María de Carlos, que era la que amortajaba a los muertos y traía al mundo a los vivos en el pueblo, llevando en brazos a mi hermano recién fallecido por tuberculosis y envuelto en una sábana de la que se desprendía su mano, exánime. De ese hermano nació mi afición indomabe al cine, tras heredar de él los cientos de programas de las películas que llegaban al pueblo y él repartía. Yo era el que contaba las películas en la pizarra de mi colegio o el que hacía sesiones en mi casa o en la del "barrileiro", cobrando a veces con Franco Cobas como tesorero, con la rudimentaria máquina de proyección a base de papel cebolla y manivela que me habían regalado en Reyes. Recuerdo la primera película que vi en mi vida, "Un par de gitanos", de Stan Laurel y Oliver Hardy."

Ya de portero en el equipo infantil del pueblo, en los años 40.

"Mi afición al fútbol vino por mis hermanos, todos del Celta como mi padre. Ya de niño jugaba de portero en mi pueblo pero a los 14 años conocí a la que hoy es mi mujer, que era de Puebla pero vivía en Vigo. Cuando reunía o birlaba unos duros me escapaba de Puebla a Villagarcía en el vapor que atravesaba la ría, y allí cogía un autobús a Vigo para verla. Conseguí luego jugar en el Cambados y aprovechaba los partidos que tenía en Vigo contra el Gran Peña, Turista y Celta Casablanca para verla. Yo llegué al fútbol por amor. Hasta que en un partido del Cambados, en 1949 o 1950, me vio Yayo, entrenador del Celta Casablanca, y me fichó para este equipo, lo que me permitió quedarme en Vigo. Jugué luego en el Turista pero en esa temporada llegó Ricardo Zamora de entrenador, me vio y me pasó a la portería del Celta. Ahí empezó mi verdadera historia de fútbol, que había arrancado con el desesperado deseo de estar con la que luego sería mi mujer. Cuando me quiso fichar el Barcelona me opuse por no dejar Vigo, e igual hice con el Atlético. A mí me tocó jugar con o contra la generación Di Stéfano,Kubala, Puskas, Gento, Suárez... los grandes de los años 50. Aquel fútbol era mucho mejor que el de hoy, que es clonado. De todos los jugadores que ahora destacan, el único que podría encajar en mi generación es Iniesta. El mismo Messi solo tiene una cosa que yo nunca vi: sabe cuando tiene que batir al portero. Eso sí, ahora se ganan cifras millonarias pero yo no sabía ni lo que cobraba. Empecé cobrando unas mil pesetas al mes y no cobré más de mil quinientas o dos mil nunca. A Quinocho, Villar o a mí nos decían "firma aquí" y firmábamos sin ver. Cuando yo marché al Deportivo en 1962 tuve que renunciar a 350.000 pesetas que me debían. Lo máximo que conseguí en el Celta fue que me regalaran un 600.Eso sí, fui el primer jugador celtista que tuvo coche."

Del Celta pasé a Depor, en el que me tocó jugar en el primer partido el trofeo Teresa Herrera contra el campeón de Europa, el Benfica. Le ganamos por 4-2, en un encuentro memorable de todo el equipo. Yo creo que aquel partido lo había ganado el día anterior en la recepción del Ayuntamiento. Los portugueses nos miraban por encima del hombro. Tenían a Eusebio, pero conseguí comerle la moral aquella tarde.hasta tal punto que no fue capaz de marcarme ningún gol. La verdad es que siempre había odiado al Deportivo hasta que me vi abocado a entrar en su plantilla. Ahora me entristece cada una de sus derrotas porque conmigo se portó como un equipo señor mientras que la directiva celeste no supo hacerlo, no valoran la historia del club, que tuvo siempre, eso sí, una gran afición. Puedo contar que un momento grande de mi vida futbolística fue cuando entré por vez primera en el vestuario y vi a grandes jugadores como Marzá, Simón, Villar, Gaitos o Lolín. Yo les llamaba señor Marzá, señor Simón€ Otro momento inolvidable fue cuando, ya trabajando en la automoción, un señor me preguntó si era hijo de Padrón. ´Qué grande era teu pai. Nos sacou moita fame´, me dijo".

Ramón Allegue en su domicilio. Alba Villar

Cuando acabé mi contrato con el Deportivo, cuatro temporadas, monté una tienda de deportes en A Coruña con Veloso, allá por 1964. Cuando Veloso se fue a Madrid yo me fui a mi pueblo, la Puebla. Allí me quedé con el cine Principal, continuando aquella pasión que allí había iniciado de niño. Fueron 4 años de los más bonitos de mi vida, a veces estrenaba películas ante que Fraga en Vigo como "Sonrisas y lágrimas". El cine me hizo gozar más que el fútbol, al que llegué en realidad por estar con mi mujer en Vigo. Pero también es verdad que el primer dinero que gané en el Celta lo gasté en una Rolling de cine que que me trajo un amigo desde Hamburgo, Me arruiné con el cine en mi pueblo. porque cambiaron los hábitos y, como no sabía hacer otra cosa, me metí en la automoción, con aceites, líquidos de frenos€ que es lo que nos mantuvo hasta mi retiro.

Ramón Allegue, "Tigre Padrón", junto a su familia.

"Filmar ha sido desde de niño una pasión de mi vida"

"Si tuviera que representar en una foto lo que ha sido mi vida tendría que elegir una defendiendo una portería de fútbol pero no sería más que mi faceta oficial. Si pudiera elegir otra me pondría a mí con una cámara porque esa ha sido mi pasión desde la infancia. He filmado hasta mi viaje de bodas. He escrito guiones y uno de ellos, sobre la Costa da Morte, se convirtió en un documental en la TVG. De ese material partí para escribir dos libros sobre las peripecias marítimas de la zona y luego esecribí otros dos sobre el Apostol Santiago y el Camino."

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