Reconstrucción del socialismo

El relevo del PSOE en Aragón: Un camino de espinas

Los socialistas de la comunidad deben elegir al sucesos de Javier Lambán, que dejará la dirección en 2025

El órdago oscense acelera un debate sin un candidato definido

Pilar Alegría y Javier Lambán, el pasado mes de julio, en el cierre de campaña del PSOE para las generales.

Pilar Alegría y Javier Lambán, el pasado mes de julio, en el cierre de campaña del PSOE para las generales. / ANDREEA VORNICU

Laura Carnicero

Ocurre en las mejores familias políticas. A los liderazgos de largo recorrido, que dejan poso en los partidos, les sucede una especie de travesía por el desierto difícil de colmar. Que se lo digan a Joaquín Almunia o Ione Belarra, a Gustavo Alcalde, a Luis María Beamonte o a Carlos Pérez Anadón. Todos ellos políticos de larga trayectoria que vivieron sin remedio a la sombra de sus predecesores. Ahora le toca, de nuevo, atravesar ese camino de espinas al PSOE de Aragón.

La sombra de Javier Lambán será alargada. No solo porque sigue en el cargo a pesar de haber anunciado que no se presentará a la reelección como secretario general del partido en Aragón ni será el candidato para las elecciones de 2027. Lleva doce años al frente del socialismo aragonés y varios más ostentando todo tipo de responsabilidades políticas. Ha sido presidente de Aragón en las dos últimas legislaturas y acarició el hito de las tres seguidas –que en Aragón solo ostenta otro socialista, su predecesor, Marcelino Iglesias–, que se truncó al flaquear el resto de socios a la izquierda.

Un verso libre, como le gusta definirse a sí mismo, que ha hecho carrera de la 'voz propia' y de la diferenciación hasta el extremo de las directrices del partido en Ferraz. Pero hoy, con el partido arrinconado en la oposición al Gobierno de Aragón y los tres principales ayuntamientos de la comunidad, los socialistas solo tienen el asidero del Gobierno de España para contraponer su imagen y sus políticas a las que está desplegando la derecha y la ultraderecha en la comunidad. Así, el camino se estrecha a marchas forzadas para las críticas internas.

En estas, salió la siempre rebelde federación altoaragonesa a pedir un cambio en los mandos del partido. Luego se sumaron voces discretas desde el PSOE de Zaragoza, donde todavía es hegemónico Juan Antonio Sánchez Quero.

Quedan todavía tres años para las próximas elecciones municipales y autonómicas, pero los de Huesca creen que "no hay tiempo que perder" para elegir al líder que releve a Lambán. El reto, insisten, es complicado. Enfrente estará Jorge Azcón, crecido tras cuatro años de cómoda mayoría parlamentaria. Y en el espejo del socialismo, un Gobierno de España que no se sabe hasta cuándo aguantará los envites de la complicada suma parlamentaria y unos socios que no dejarán de tensar la cuerda.

 La tarea de elegir a un nuevo líder no es fácil. Muchos socialistas aragoneses, los más próximos a Lambán y también los que piden ya un cambio, coinciden en que no hay un "perfil claro" para sucederle. El primer nombre que suena es el de la ministra y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Pero ella mantiene un silencio sepulcral premeditado cuando se le pregunta por Aragón. Está en otra guerra. Al menos por ahora.

Pero muchos la ven como el único perfil que, por exposición, conocimiento y visibilidad, podría hacerle sombra a Azcón. También aseguran que tiene más adeptos de lo que parece en agrupaciones locales de Zaragoza, además del sí rotundo de toda la provincia de Huesca. Fue la candidata a la alcaldía de Zaragoza en 2019, ganó las elecciones, y ha seguido en contacto con la ciudad y la provincia cuando ha sido cabeza de lista al Congreso. "Con ella todo es fácil", dicen quienes compartieron la última campaña. La diferencia de más de 20.000 votos en Zaragoza capital entre el 28 de mayo de 2023, con Lola Ranera como candidata, y el 23 de julio de 2019, con ella como cabeza de lista, dejan claro que su perfil puede arrastrar a más votantes.

Pero otros, y no son pocos, se preguntan cómo una desgastada portavoz del Ejecutivo central más frágil de las últimas décadas podría dar la batalla en Aragón sin perderlo todo en el intento. "No sabemos cuánto le queda a este Gobierno. Quizá quien ahora está en la cresta de la ola, en tres años no es nadie", reflexiona un diputado autonómico.

Otros nombres suenan con menos eco. La portavoz parlamentaria, Mayte Pérez, secretaria general de los socialistas en Teruel, lleva ahora la voz cantante. Pero su perfil está extremadamente vinculado a Lambán y es una vieja conocida de la política aragonesa que no convence en las tres federaciones.

Darío Villagrasa, secretario de Organización y alcalde de Bujaraloz, apenas pasa de la treintena pero lleva casi una década en las primeras filas, siempre a la derecha de Lambán. Y muchos creen que su perfil no le diferencia del expresidente. Si lo que se busca es un cambio, no sería el más indicado.

Otros miran a Juan Antonio Sánchez Quero. El presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza es el único que ha mantenido el mando en todo Aragón. De la escuela de Lambán, muchos dicen que tiene amarrada orgánicamente la provincia. Pero su perfil escasamente predispuesto a la exposición mediática en un siglo marcado por las redes sociales, podría restarle peso para ser el nuevo rostro del socialismo aragonés. También, porque lleva en política más de 30 años.

A su derecha se sienta en la DPZ Teresa Ladrero, la alcaldesa de Ejea de los Caballeros. También digna heredera de Lambán, y quizá eso, de nuevo, juegue en su contra.

De momento, ninguno de ellos ha dado el paso. El tiempo corre, pero el líder sigue en casa, y mientras lo esté, el camino de espinas por el desierto todavía parece un espejismo.