Operación antiterrorista

Un eslabón de ISIS entre el Sahel y el Magreb, capturado en Melilla con otros nueve yihadistas

Uno de los detenidos, Benaida Lagmouchi, es viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad del Estado, porque fue capturado una vez en una operación similar

Operación antiyihadista en Melilla el 19 de diciembre de 2023

POLICÍA NACIONAL

Juan José Fernández

Captaban a los chicos con mensajes de gran violencia. Estrechaban vínculos con los prosélitos entrenando con ellos en kick boxing y artes marciales en el mismo gimnasio. Les gustaba blandir machetes en sus arengas... Este jueves han pasado a disposición del Juzgado Central 5 de la Audiencia Nacional los capturados en la última redada de la Policía Nacional contra el terrorismo yihadista. Agentes de la Comisaría General de Información desarrollaron el pasado martes una operación en Melilla, con colaboración de autoridades policiales de la DGST, la marroquí Dirección General de Vigilancia del Territorio, en la vecina ciudad de Nador. Hasta el momento, el balance de la operación es de nueve detenidos en territorio español y uno en suelo marroquí, y la desarticulación de una célula dedicada a la radicalización y captación de jóvenes y que, entre otras actividades, apoyaba y promocionaba a grupos yihadistas del Sahel. 

Uno de los detenidos, Benaida Lagmouchi, es viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad del Estado, ya capturado una vez en una operación similar hace nueve años. En su día fue combatiente yihadista en el Sahel. Ahora se le atribuye un papel de eslabón del yihadismo entre el Magreb y el Sahel.

Lagmouchi ya cuenta en su currículo con una condena por su relación con el terrorismo yihadista. En 2014 lo cogieron en la operación Javer, desarrollada de forma conjunta por la Guardia Civil y la Policía Nacional. Ahora estaba en libertad: ya había cumplido un periodo de prisión más breve que los diez años que suelen caer por integración en banda terrorista. Él y otros capturados de Javer habían llegado a acuerdos procesales que les acortaron las penas.

Siete de los detenidos en esta operación están ya en prisión. Un capturado adicional en Marruecos ha sido atrapado en una vivienda del barrio de Farjana, en el término de Nador. La policía marroquí lo engloba entre personas que extienden "ideología extremista" en ese territorio fronterizo, en la práctica una permeable conurbación de Melilla. Las actividades del marroquí también se integran en la investigación policial española sobre esta célula.

Doctrina violenta

Los miembros de este grupo eran temidos en el barrio melillense de la Cañada de Idhum, donde era mejor no cruzarse con ellos si se es musulmán no radical. Aprovechando su fama de violentos amenazaban a los que no profesan su extremismo, y acumularon antecedentes por causar lesiones en peleas y algún atentado contra la autoridad, además de hurtos; no hay entre esos antecedentes atestados por trapicheo de drogas.

En el grupo de procesados hay hermanos, pero ningún menor. Ninguno ocultaba en su aspecto físico el rigorismo islamista que profesaban, incluidas las grandes barbas. A todos los detenidos los acusa de momento la Policía Nacional de delitos del campo del adoctrinamiento y el proselitismo yihadista. La operación ha requerido el desplazamiento a Melilla de agentes antiterroristas desde Madrid, y ha contado con el trabajo de las brigadas de Información de Melilla, Málaga y Granada.

El ideal de los prosélitos (y también de los captadores) era integrarse en la yihad en algún frente, y el Sahel es el que está más a mano. Pero también consumían mucho material audivisual de Hamás y la lucha palestina en Gaza. Seguían soflamas grabadas de Abu Musab Al-Zarkaui, el líder de Al Qaeda en Irak, pero también vídeos más modernos de jeques chuechenos feudatarios del señor putinista de la guerra Ramzán Kadirov.

A fuentes próximas a la investigación les preocupaban los machetes y hachas que guardaba el grupo, y que les han sido intervenidas en la operación. De momento los utilizaban como atrezzo en sus charlas y producciones audiovisuales, pero ya habían visto repetidamente en vídeos cómo usa un cuchillo un muyahidín, y en cualquier momento podían pasar a utilizarlos en la calle.

Este es el segundo golpe policial de importancia contra el proselitismo terrorista en Melilla en los últimos meses. El 28 de octubre pasado la Policía Nacional atrapó a Mustafá Amaya, converso español de origen belga, considerado el mayor captador de yihadistas de Europa, que, en contacto con otro yihadista en la Comunidad de Madrid, ejercía labores no solo propagandísticas, también de radicalizador de reclutas para los frentes de guerra de DAESH en África y Oriente Medio.