Pandemia

Constituido el jurado que valorará la 'patada en la puerta' de seis policías para detener una fiesta en la pandemia

Arranca esta semana en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio contra los seis agentes que derribaron la puerta de una vivienda para detener una fiesta durante la pandemia

Audiencia provincial de Madrid.

Audiencia provincial de Madrid. / ARCHIVO

Alberto Múñoz

Arranca en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio contra seis agentes de policía por un caso de 'patada en la puerta' para detener una fiesta ilegal que se estaba celebrando durante las restricciones por la pandemia del coronavirus. Los agentes, que llegaron a derribar la puerta con un ariete pese a las advertencias de los jóvenes que se encontraban dentro, alegan que seguían órdenes del subinspector, quien defiende por su parte que no sabía que lo que estaba ordenando era ilegal.

En la primera sesión del juicio se han leído los escritos de la defensa y la acusación y se ha constituido el jurado popular que valorará si se produjeron los delitos de allanamiento de morada que reclama la acusación, desde la que se defiende que "nadie está por encima de la ley" y que se violó la Constitución con la entrada en el domicilio sin una orden judicial.

A la llegada a la Audiencia Provincial de Madrid, Juan Gonzalo Ospina, abogado del inquilino, ha explicado a los medios presentes que "hubo tres decisiones judiciales que confirmaron que podrían existir indicios de criminalidad para entender que lo que se realizó fue un acto contra el derecho. Estamos hablando de unos agentes de policía que han estudiado el Código Penal, que han estudiado la Constitución Española y que entraron con un ariete en época del Covid en un domicilio".

Por ello, la acusación que encabeza Ospina pide cuatro años de cárcel para cada uno de los seis agentes, mientras que la Fiscalía pretende la absolución de los cinco subordinados por estar acatando órdenes y del subinspector al cargo por desconocer que derribar la puerta de un domicilio con un ariete iba en contra de la legalidad.

Por su parte, el letrado del subinspector procesado, Juan Antonio Frago, ha sostenido que los policías deben ser exonerados y que los inquilinos sí que pudieron incurrir en desobediencia grave "por la reiteración en la negativa a identificarse" y por las "coacciones reiteradas para evitar el legítimo disfrute del derecho de vivienda de los otros vecinos".

En unas declaraciones recogidas por Efe, Frago ha subrayado que "en las grabaciones se capta perfectamente cómo hay cinco personas de las de la fiesta que sí que querían salir", pero otras se lo impidieron, precisando que hubo una joven "que se erigió como líder del grupo y lo que quería fundamentalmente era no salir porque era una chica que estaba opositando, y los antecedentes penales le supondrían impedirle ser abogada del Estado".

¡Salgan! ¡Identifíquense!

Los hechos tuvieron lugar el 21 de marzo de 2021, cuando, en plenas restricciones por la pandemia del coronavirus, la Policía procedió a desalojar una vivienda en el centro de Madrid en la que se estaba celebrando una fiesta. Los seis agentes implicados, que estos días están citados ante la Audiencia Provincial de Madrid por un presunto delito de allanamiento de morada, procedieron a advertir verbalmente a los jóvenes que se encontraban en el interior antes de derribar la puerta por la fuerza.

Las denuncias previas de los vecinos apuntaban a que la fiesta se estaba celebrando en un piso turístico y que además se estaban organizando allí de forma recurrente, pues habían sido necesarias “15 o 20 llamadas” durante los días previos hasta que la policía se decidió a actuar.

Imagen interior patada en la puerta (2).

Imagen interior patada en la puerta (2). / EPE

Según constatan las transcripciones de las cámaras que portaban los agentes, intentaron advertir a los jóvenes que se encontraban dentro del piso en la calle Lagasca, en el centro de Madrid, tanto en inglés como en español, pero no obtuvieron respuesta.

“Abren la puerta y se identifican, salen las personas del interior, los denunciamos y se van. Pero si no abren la puerta, ya les hemos dicho que es un delito de desobediencia grave a agentes de la autoridad. No sabemos cómo hacérselo saber, están en un piso turístico, no es un domicilio, ¿vale? Así que no tienen derecho a estar ahí dentro si están incumpliendo las medidas de COVID. ¡Salgan!, ¡identifíquense! Y cumplan la normativa o cometerán un delito de desobediencia grave que va a dar lugar a que les detengamos y entremos por la fuerza, háganse cargo de la situación”, amenazó el subinspector a cargo de la operativa, que fue quien dio la orden primero de intentar abrir la puerta por el método del 'resbalón', después de desmontar la cerradura y finalmente de usar el ariete.