Pleno de constitución del Ayuntamiento de Barcelona

Abucheos y tensión en el Saló de Cent: Colau, Collboni y Sirera dejan a Trias sin revancha

Barcelona en Comú anunció a las 16.01 que tenía intención de dar sus nueve votos a Collboni, algo que no esperaba casi nadie

Collboni, elegido alcalde de Barcelona con el apoyo in extremis de los comunes y el PP

Collboni, elegido alcalde de Barcelona con el apoyo in extremis de los comunes y el PP / Quique García

Toni Sust

La gente se iba sentando en el Saló de Cent. Faltaba poco más de una hora para el inicio del acto de investidura, y el personal del consistorio iba colocando a los invitados.

Y de repente, los asistentes han empezado a mirarse con gesto de incredulidad, y a comentar lo que acababa de pasar. Barcelona en Comú había anunciado a las 16.01 que tenía intención de dar sus nueve votos a Collboni, algo que a estas alturas ya no esperaba casi nadie y que lo ha cambiado todo a 59 minutos para el inicio del pleno de investidura.

Esperando un gol de última hora

Como si fuera la típica escena de la última jornada de la liga de fútbol, en un campo en el que se depende del resultado de terceros, los presentes aguardaban a ver si llegaba o no un gol de otro equipo, porque quedaba en manos del PP y de Daniel Sirera el desenlace final.

Trias se abraza con Maragall.

Trias se abraza con Maragall. / MANU MITRU

A las 17.16, ha entrado el grupo de Junts, con Xavier Trias a la cabeza, y ha habido aplausos, algunos de gente que se ha levantado. Ya parecía un tanto un homenaje al exalcalde, que este sábado lo tenía todo para consumar la venganza perfecta, la revancha soñada.

Protestas

A las 17.17 han entrado los socialistas, con Collboni al frente: un hombre le ha abucheado un par de veces. Y un minuto después han entrado en el Saló de Cent Ada Colau y el resto de concejales de los Comuns: algunos gritos de apoyo, más abucheos que a Collboni, aunque del mismo hombre.

A continuación, Ernest Maragall y los ediles de ERC han sido jaleados con un punto emotivo: eran la viva imagen del equipo que baja a segunda división. Los últimos en entrar, los dos concejales de Vox, han sido apoyados por unas cuantas personas, diríase que sus familiares. Televisiones colocadas en la sala iban enfocando a los concejales. Cuando ha salido Collboni, la mujer que iba con el hombre que abucheaba le ha insultado visiblemente.

Su séptima vez

Albert Batlle ha sido el presidente de la mesa de edad como el más veterano, si bien es más joven que Trias y Maragall, como se ha encargado de subrayar al iniciar su breve turno de presentación. Como concejala más joven completaba la mesa Jess González, de Barcelona en Comú. Es, ha precisado Batlle, la séptima investidura en la que participa.

El secretario del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Cases, ha leído en voz alta los resultados de todos los partidos en las elecciones municipales del 28 de mayo y los nombres de los concejales electos, que han jurado o prometido acatar la Constitución, varios por imperativo legal. Han jurado los del PP y Vox; han prometido por imperativo legal los de Junts (menos Trias, que ha prometido a secas), ERC y Barcelona en Comú. Los socialistas han prometido sin más.

A las 17.37, Batlle ha preguntado a los cabezas de grupo si alguno renunciaba a presentarse a la alcaldía. Y tres lo han hecho: Ada Colau, Ernest Maragall y Daniel Sirera. Y en el momento en el que Sirera anunciaba esa circunstancia, ha quedado claro que la alcaldía ya no sería para Trias. Porque si el concejal del PP renunciaba a votarse es porque iba a votar a Collboni.

Tenerife

Es inevitable remontarse a las ligas ganadas por el Barça en la última jornada gracias al Tenerife, que por dos veces impidió al Madrid ser campeón, para señalar las semejanzas. Porque aunque el desenlace es algo distinto, por segunda vez consecutiva en Barcelona el ganador de las elecciones no será el alcalde.

En 2019 le pasó a Maragall, que vio como Manuel Valls le daba la alcaldía a Colau. Esta vez es Trias el que no será regidor pese a haber ganado. Aunque Maragall, resulta duro constatarlo, ha estado de nuevo en el equipo de la derrota.

17.000 votos

No es lo mismo que en 2019 porque hace cuatro años la sorpresa fue grande, pero ya estaba clara cuando llegó el pleno de investidura. Esta vez ha sido más vertiginoso. Y Trias ha visto como la vida le quitaba de la mesa un plato que era muy apetecible.

Porque dicen que el fútbol tiene algo especial: que siempre te la posibilidad de revancha. En política no pasa tanto. Y en cambio el alcaldable de Junts lo había conseguido. Ganó a Colau por dos concejales y 17.000 votos, casi igual que pero al revés que en 2015, cuando ella le sacó un concejal y le venció por 17.000 votos.

Núria de Gispert se va

Trias ha visto como esa revancha soñada, esa venganza perfecta, se esfumaba en el último segundo. Collboni ha prometido el cargo, y ya los abucheos no han sido solo del mismo hombre –que le insultaba de nuevo, sino algo más general.

Mientras el socialista prometía el cargo, la expresidenta del Parlament y ‘exconsellera’ Núria de Gispert, antes de Unió y hoy de Junts, se ha levantado para irse sin tener que escucharle. Despacio pero decidida, De Gispert ha abandonado el Saló de Cent, en el que muchos de los invitados vivían con amargura la situación: muchos venían a jalear al alcalde Trias y se han tenido que tragar el sapo de que siga siendo exalcalde.

“Colau ya es historia”

Sirera ha explicado su voto porque la "música" del proyecto de Trias no le gustó y ha proclamado: “Colau ya es historia”. Maragall, en su segundo Tenerife, ha lamentado “un espectáculo indigno” que, ha dicho, se parece “demasiado” al de hace cuatro años. El republicano ha hecho una larga intervención, emotiva. Son dos derrotas muy duras en dos investiduras seguidas, las suyas. Muchos le han aplaudido y varios de pie.

Colau ha asegurado que la sesión ha sido peculiar porque no se sabía cuál sería el resultado final: carcajadas de cabreo entre algunos de los presentes. Collboni ha pedido respeto. “Respeta tú el voto”, ha contestado la mujer que insultaba junto al hombre que abucheaba.

El 3% y los gritos de cabreo

“La Convergència del 3% no tenía que volver al ayuntamiento”, ha afirmado Colau: más gritos de cabreo. “Me sabe muy mal, señor Maragall", ha añadido por que no se cerrara el pacto de izquierdas. El republicano decía que no con la cabeza. A su lado, la concejala de ERC Elisenda Alamany decía no con la cabeza, pero además con los ojos cerrados.

“En democracia se tiene que saber y ganar y hay gente que no sabe hcerlo. No me refiero a nadie pero le miro”, ha dicho oteando a Colau. “Es la tercera vez que pasa”, ha denunciado. Porque ha asegurado que en 2015 perdió por la noticia falsa de que tenía dinero en Suiza, en 2019 pasó lo de Valls y ahora lo de este sábado.

Trias ha ido elevando el tono, y ha asegurado que en estos últimos tiempos se decía a sí mismo: “Si no salgo alcalde, que os ‘bombin’ a todos”. “Desde que han llegado no se atreven a mirarme a la cara”, ha reprochado a los ‘padres’ de su derrota inesperada. Y les ha advertido: “Están equivocados y el tiempo lo demostrará”.

Ante tanta montaña rusa de emociones, lo menos llamativo ha sido el discurso de Collboni, y el hombre que abucheaba y la mujer que musitaba insultos han hecho gesto ostensible de no atenderlo. El partido, la jornada y la liga ya habían acabado.

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