La guerra de Ucrania que ha provocado la invasión rusa está alterando los planes de la política española. La dependencia energética es la causa. En apenas una semana, el Gobierno se ha propuesto dar un vuelco al modelo actual. También la UE. A la espera de resolver el sistema de facturación eléctrica, en el que el alza del precio del gas está catapultando la inflación como hace mucho tiempo no se veía, Pedro Sánchez se ha apresurado a marcar nuevas directrices. Las enumeró junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el pasado sábado en la Moncloa. El líder socialista destacó que las claves residirán en la modernización tecnológica, en la diversificación de los mercados de exportación y en la potenciación de la transición ecológica y digital. Von der Leyen, a su lado, subrayó la importancia de la inversión en renovables. Así lo recoge El Periódico de España.

En el Congreso, esas nuevas directrices, aunque no han sido comunicadas directamente, han tenido eco. La Comisión para la Transición Ecológica es el órgano parlamentario que está debatiendo con qué leyes ha de hacerse la transición medioambiental y con qué normas cubrir el camino hacia un nuevo modelo energético. Dos están aguardando tramitación desde el otoño. Son la ley de retribución de CO2 al mercado eléctrico y la del Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, ambas destinadas a revertir la subida del precio de la luz. El ritmo con el que la Comisión ha trabajado las dos ha sido variable. Cuando llegaron al Congreso, se apalancaron; en otoño, ya con la luz desbocada, se impulsaron. Luego, debido a la tramitación de los presupuestos y de otras iniciativas, se bajó el ritmo. A finales de año, PSOE y Unidas Podemos se propusieron apretar el acelerador. Ahora están paradas otra vez.

Fuentes del grupo "morado" recalcan a El Periódico de España que la semana pasada la Presidencia de la comisión, en manos de Juantxo López de Uralde, se dirigió al Ministerio de Teresa Ribera para que envíe los informes preceptivos sobre las enmiendas, registradas desde otoño. Es el prefacio de las ponencias que analizarán los textos y debatirán posibles cambios. La respuesta aún no ha llegado. La demora hace temer a la formación de Ione Belarra que el Ejecutivo, en el contexto actual, no tiene ninguna prisa. Una norma más reciente, pues desembarcó en la Cámara en diciembre, es la de autoconsumo y despliegue de energías renovables, que ni siquiera ha aterrizado en la Comisión. Por tanto, el trabajo no avanza.

El Periódico de España se ha puesto en contacto con la mayoría de portavoces del citado órgano parlamentario. La pregunta ha versado sobre si la guerra de Ucrania pone en riesgo la transición ecológica, sus plazos y objetivos. Las respuestas son variadas, aunque un denominador común reluce: es el momento, aunque sea como consecuencia de una tragedia, de apostar por la creación de un nuevo sistema energético. El presidente, de viaje oficial en Letonia, ha abogado por nuevas interconexiones a escala europea.

La tensión de los precios

Se prevé una guerra larga en Ucrania. Se prevén efectos económicos aún más duraderos. Incluso en el caso poco probable de que pronto cesen las hostilidades, las sanciones persistirán. La ruptura de vínculos comerciales de todo tipo con Rusia no acabará con la acción armada, si remitiera. El panorama económico que se avecina es muy complejo. Oscuro. Es el diagnóstico que hace el portavoz del PDeCAT, Ferrán Bel.

Debido a una lectura similar, el diputado del PP Diego Gago indica que, si bien los compromisos internacionales de "neutralidad climática y descarbonización" no se verán alterados, sí quedará afectada la transición energética "a corto plazo". "El aumento exponencial" del precio del gas y de ciertas materias primas (el cereal, por ejemplo), entre otros factores, obliga a "nuevas estrategias de producción de energía" que, sin embargo, sí pueden debilitar las previsiones de implantación de renovables, añade.

La confianza de Gago en el Gobierno para afrontar el proceso es cero. Su "incapacidad de gestión y anticipación" y su nula fe en la "neutralidad tecnológica" no le permiten ser optimista, según señala en declaraciones a este medio.

Menos vehemente es la diputada de Ciudadanos Mari Carmen Martínez, para quien la guerra ucraniana ha acelerado y exacerbado tendencias como la transición ecológica y la descarbonización. Si antes eran relevantes, ahora son "urgentes", ha asegurado. Y todo por "la necesidad de cortar lazos con Rusia lo más rápido posible".

Pide al Ejecutivo que sea ambicioso, y por tanto, que haga de España "la puerta de entrada de otros proveedores de gas diferentes", que intensifique el uso de las plantas regasificadoras y que reactive la construcción de interconexiones gasistas con Europa.

El PDeCAT, el pasado viernes, formuló una iniciativa en este sentido: recuperar el MIDCAT, un gaseoducto paralizado en 2018 por su coste pero que, en opinión de la formación catalana, se antoja ahora esencial. También solicita un aprovechamiento más decidido de las plantas de regasificación, pues el 50% de las instalaciones de este tipo en Europa radican en la península ibérica.

Una energía más limpia

Mari Carmen Martínez pone el acento en los combustibles fósiles, en la dependencia que hay de ellos. El precio de los carburantes es otra cuesta arriba que no se detiene. En parecidos términos se expresa López de Uralde, para quien "el desarrollo de las renovables es estratégico". La guerra de Ucrania lo ha puesto de manifiesto, y con ello, la "urgencia" por acelerar el proceso.

Además de la repercusión medioambiental, existe un componente geoestratégico. Cada mix nuevo de energías renovables es "un poco menos de dependencia exterior", apostilla.

Idoia Sagastizabal, del PNV, ahonda en la apuesta. El escenario bélico "refuerza la necesidad de diversificar las fuentes de energía para no depender tanto de las exportaciones de otros países y de contar con un sistema energético basado en energía barata, limpia y sostenible".

Pero los riesgos, derivados de la tensión inflacionista, saltan enseguida. La representante del grupo vasco no obvia que "el aumento de los precios del gas y del petróleo" socava la competitividad empresarial, y por tanto, ralentiza "el ritmo de inversiones en nuevas tecnologías" medioambientales.

Oskar Matute, de EH Bildu, hace hincapié en ese peligro, y no tanto por el factor empresarial, sino por la escalada bélica y la carrera armamentística iniciada. El diputado de la formación abertzale pone palabras al riesgo nuclear y a la destrucción del medioambiente. Habla de "efectos devastadores, desconocidos y temibles", según sus palabras. Hecho bélico y cambio climático, en suma, caracterizan el paisaje que se abre, un paisaje de guerra que puede arrastrar un "retroceso en la conciencia ecológica de la sociedad y un salto atrás en descarbonización".

ERC, a través de Joan Capdevila, coincide en gran parte. "Peligra" la transición ecológica "mientras se mantenga el escenario bélico y de confrontación". Transmite un deseo en este contexto tan inquietante: "Espero, con ganas de ver el vaso medio lleno, que la crisis de tormenta perfecta que vivimos sirva de revulsivo para que muchos proyectos de renovables se activen y que podamos ayudar desde el legislativo a que la transición sea lo más justa posible y no afecte a los más vulnerables".

La ley de Más País

El líder de la formación, Íñigo Errejón, es por ahora el único que ha respondido a la coyuntura actual con una propuesta de nueva ley. Una ley con la que quiere, ante todo, inyectar ambición al Gobierno en materias medioambiental y energética. Los puntos cruciales de la proposición, que tendrá que tomarse en consideración en un pleno del Congreso aún sin fecha, son un aumento del porcentaje de reducción de emisiones contaminantes y un estrechamiento de los plazos, de modo que se hagan efectivos este año 2022 y no el próximo. Asimismo, plantea que en 2035 el 100% del sistema eléctrico se nutra de renovables.

Inés Sabanés señala a este medio que "la transición ecológica no está en riesgo", ni mucho menos, pero ello no quita que no deban darse pasos adelante resolutivos. "Es el momento de acelerar el ritmo de la transición energética apostando aún más por las energías renovables; por eso hemos presentado la proposición para que se revisen ya los objetivos de la Ley de Cambio Climático".