La segunda ola de la pandemia. Al contrario. Los contagios han marcado un nuevo récord absoluto. Este jueves se han notificado 20.986, sólo un día después de que se superara el millón desde el inicio de la crisis. Frente a ello España avanza a medias en las restricciones para hacerle frente. El Gobierno y las autonomías dejaron para más adelante la decisión de imponer un toque de queda nocturno en toda España por falta de consenso, pero la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Andalucía en Granada sin esperar a los demás, mientras Castilla y León lo estudia.

El grado de acuerdo alcanzado en el Consejo Interterritorial de Salud respecto a la utilidad de un posible toque de queda fue muy alto. Es una medida que se aplicaría de madrugada y no interferiría a las actividades económicas evitando las fiestas en calles, plazas y domicilios. A todos les consejeros les parecía bien pero no hubo acuerdo sobre el instrumento jurídico para aplicarlo.

Con el estado de alarma hemos topado. El Gobierno sigue sosteniendo, en palabras del ministro de Sanidad, Salvador Illa, que "para implantarlo de modo generalizado" es necesario declarar esa figura excepcional al obligar a los ciudadanos a confinarse en sus casas. Casi todas las autonomías del PP Cataluña y Euskadi también pusieron pegas.

Informe jurídico

Fuentes conocedoras del contenido de la reunión aseguraron que la discusión ha quedado aplazada únicamente a la espera del resultado de un informe jurídico, pero el ministro dio una versión más amplia de las discrepancias: "Hay que consensuar cuando se aplica, donde se aplica, y los intrumentos necesarios para aplicarla", advirtió.

La situación no deja de ser paradójica porque dos comunidades, Castilla y León y la Comunidad Valenciana, la primera por carta y ésta última de viva voz, ya han solicitado la implantación del toque de queda en su región al margen de lo que se decida para el conjunto de España. Ante eso la respuesta de Illa fue que se analizará su caso con los responsables autonómicos.

Al margen del consenso

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, reaccionó tras la reunión anunciando que su departamento jurídico ya estudia cómo aplicar la medida para someterla de modo inmediato al dictamen del Tribunal Superior de Justicia. Su intención es implantarla desde la medianoche a las 6 horas de la madrugrada hasta el 9 de diciembre.

A Castilla y León, pese a estar presidida por el PP le es indiferente el instrumento jurídico. El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, de Ciudadanos, explicó que "las cifras apuntan a la posibilidad de que se pueda provocar de nuevo un colapso sanitario y no tomar medidas en este momento sería una irresponsabilidad".

Por esta razón ha reaccionado con enfado ante la no decisión del Consejo y ha ordenado un toque de queda este viernes que se aplicará a partir de las "nueve o diez de la noche". Todo siempre en función de que los tribunales la ratifiquen, porque la indefinición vivida en el Consejo Interterritorial de Salud es "inaceptable".

La Junta de Andalucía se anduvo aún con menos rodeos y decretó el cierre nocturno desde las 23 a las 6 horas de la madrugada en Granada y su área metropolitana solo a la espera de que sea validado por el Tribunal Superior de Justicia. Illa mostró su aprobación, "como siempre hacemos con las medidas que toman las autonomías".

Cataluña reclama poder ecidir

La consellera catalana, Alba Vergès, ha reclamado al Gobierno poder decretar el toque de queda cuando lo estime conveniente, conforme a los criterios científicos, y disponer de instrumentos jurídicos adecuados para hacerlo.

El encaje de la opinión de 17 autonomías con el Gobierno vuelve a ser un obstáculo en un momento que se antoja especialmentre delicado. Tras el subidón de casos (el anterior récord estaba en 4.000 mil menos), el portavoz técnico del Gobierno en la pandemia, Fernando Simón, que habitualmentre ve el medio lleno, admitió tras la reunión que "la previsión es que la tendencia sea ascendente" en las próximas fechas.

La incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 días ha pegado un nuevo subidón, encaramándose a los 348 casos, con La Rioja y Aragón dando el salto a más de 600 y Navarra aún en fase de ascenso por encima de los miles. La ocupación de las ucis, el punto más crítico, es de casi el 22%, con cinco autonomías al entorno del 40%. La de camas hospitalarias está al 12% y "afecta ya a la actividad cotiadina de algunos hospitales".

El plan de alertas

La otra decisión del Consejo, el plan de alertas o "semáforos", fue adoptada sin ningún voto en contra pero con las abstenciones de Euskadi y Madrid, que se reservaron aprobar el texto cuando comprueben que se han incorporado sus observaciones.

Simón precisó que el documento "no endurece las medidas actuales, pero tampoco las suaviza". "Las homogeniza ofreciendo a las autonomías una amplio abanico de opciones", añadió.

También destacó que el conjunto de indicadores están pensados para aplicarse en ámbitos terrritoriales más pequeños que las comunidades autónomas, especialmente en los municipios. Y también que lo que marca el plan son mínimos. Las autonomías pueden ir más allá en las retricciones, como hace, por ejemplo Catalunya, con el cierre de bares y restaurantes.