Pedro Sánchez busca la cuadratura del círculo en los Presupuestos Generales del Estado del 2021. El presidente del Gobierno desea romper ya con las cuentas públicas diseñadas por el PP en 2018 y lograr unas propias que le den el visado para seguir, como mínimo, dos años más en la Moncloa. Sin embargo, las elecciones catalanas (todavía sin fecha) y las sumas aparentemente imposibles (ERC y Ciudadanos) le van a complicar la vida política.

El acercamiento a los de Arrimadas en las votaciones de las prórrogas del estado de alarma y el decreto de nueva normalidad escuece a los republicanos catalanes, que ya avisan a Sánchez de que tendrá que escoger. Podemos, por ahora, guarda silencio pese al riesgo de que sus políticas de izquierdas se puedan difuminar por la influencia de Ciudadanos. El partido de Inés Arrimadas elevó ayer la presión y advierte de que el Gobierno les pondrá "muy difícil" participar en la negociación de los Presupuestos si reactiva la mesa de diálogo con la Generalitat. Hace dos semanas, Sánchez dijo que no veía problema en que ese órgano se reúna, por segunda vez, en julio, porque eso significará, subrayó, que la emergencia sanitaria está superada. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anticipó ayer que esa reunión podría ser "la segunda quincena de julio", tras las autonómicas gallegas y vascas, un periodo ya marcado en el calendario por Esquerra.

La portavoz de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, no quiso aclarar si la ruptura con el PSOE puede llegar por la mera convocatoria de la mesa o solo si "conceden privilegios" a los políticos encarcelados. Voluntariamente ambigua, Rodríguez subrayó que, si Sánchez acepta ese nuevo encuentro, acabará con la buena sintonía lograda hasta ahora. La única "línea roja" que admitió fue la de que las cuentas respondan a las necesidades de la "clase media".

"Esa mesa de la infamia poco está haciendo por los catalanes porque lo único que le interesa a ERC es hablar de la independencia y de la libertad de los presos del 'procés'", afirmó. Rodríguez también reclamó "coherencia" al PP y les instó a negociar los Presupuestos para que "no dependan de Bildu y de ERC". "Tendrían que plantearse el discurso que están llevando a cabo", les reconvino.

El jefe del Ejecutivo recuerda a menudo que la coalición PSOE-Podemos solo suma 155 escaños y que su deseo es hacer "acuerdos transversales", "de todos los colores". Fuentes de la dirección del PP lamentan que Sánchez no contacte con ellos y ven inviable un pacto porque sus políticas son "incompatibles con las de Podemos". El Gobierno tiene que presentar las cuentas antes del 30 de septiembre.

No obstante, el ánimo constructivo de unos y otros se pondrá a prueba esta semana en el Congreso. Sea por interés electoral, como sospecha el PSOE o por voluntad verdadera, como afirma el PP, los dos tienen una oportunidad para alcanzar los primeros pactos de peso en esta pandemia.

Enmiendas

Los grupos parlamentarios registraron ayer las enmiendas y, según fuentes del PP, se reunirán hoy con el PSOE para negociar el documento final de la comisión para la reconstrucción, que se votará el viernes. Especialmente optimistas son los conservadores en lograr el entendimiento en materia sanitaria y también quieren intentarlo en las políticas de la Unión Europea, pese a que Pablo Casado lleva días alineándose con los países que defienden que se impongan más condiciones a los receptores de las ayudas contra el covid. Casi imposible ven el acercamiento en políticas sociales y económicas, las otras dos áreas en las que está dividida la comisión.

El ministro de Comercio, Alberto Garzón, apuesta por pactar los Presupuestos con la mayoría de investidura, aunque no ve inconveniente en que "otras fuerzas políticas se muevan". "Lo que me seduce es la mayoría de la investidura, pero depende del apoyo a apoyo", aseguraba ayer en una entrevista radiofónica. Al ser preguntado si pactaría antes con ERC que con Cs, Garzón dijo que no existe ese dilema en abstracto, pero le gusta "esa ERC que mira a la clase trabajadora, aunque hay ocasiones en que ha mirado a otro sitio".

Su homólogo en Interior, Fernando Grande-Marlaska, llama a todos los partidos para un acuerdo transversal que conduzca a unos presupuestos de 2021 indispensables para la reconstrucción económica y social que hay que abordar de forma urgente. "Cuanto más transversal sea el acuerdo, mejor", enfatiza el titular de Interior antes de confiar en que haya voluntad de todos para esa concertación y para la reconstrucción social.