Los permisos carcelarios a los que están accediendo los condenados por el Tribunal Supremo por su participación en la intentona secesionista de Cataluña alteran el sentido de la sentencia, según la Fiscalía. En un escrito de oposición a que la exconsejera Dolors Bassa salga tres días a la semana para atender a su madre, el ministerio público considera que existe una "pertinaz voluntad" de vaciar de "contenido" la resolución del Supremo con la aplicación sistemática por parte de los responsables de las prisiones catalanas de un artículo del régimen penitenciario, el 100.2, previsto para situaciones excepcionales.

El último en beneficiarse de esa norma es el exconseller de Exteriores Raül Romeva, quien ayer salió de prisión para trabajar en una asociación privada, después de que la semana pasada la cárcel de Lledoners acordara flexibilizar su régimen penitenciario. Romeva, que cumple una condena de doce años de cárcel por sedición, abandonó el centro acompañado de su pareja. A partir de ahora, el exconsejero podrá salir de prisión para trabajar durante seis horas, tres días a la semana, de lunes a viernes.

Es el mismo régimen del que goza la también exconsejera Dolors Bassa y al que la Fiscalía se opone. En un escrito remitido al juzgado de vigilancia penitenciaria, la Fiscalía pide que se revoque la flexibilización del régimen penitenciario que la cárcel de Puig de les Basses de Figueres (Gerona) concedió a Bassa -que puede salir tres días a la semana para cuidar a su madre-, igual que se opuso a la aplicación del 100.2 a los "Jordis" y al exconseller Joaquim Forn. Según el ministerio público, prueba de esa "voluntad administrativa de vaciar de contenido la resolución judicial" es que los informes de la prisión sobre Bassa apuntan a que, además del cuidado de su madre, está previsto que más adelante se le permita salir para trabajar, "a fin de adquirir los años de cotización que le faltan para la mejora de la pensión contributiva de jubilación". Para la Fiscalía, no se puede considerar que la actividad de atender y cuidar a su madre "forme parte del tratamiento" de Bassa. Además, la interna "tiene la suficiente capacidad económica para permitirse asumir el coste de contratar a una persona para que pueda asistir a su madre, lo que no puede predicarse de la gran mayoría de la población reclusa".