Si las segundas elecciones generales en medio año tenían como objetivo acabar con el bloqueo que atenaza a las instituciones y a la vida pública, la cita con las urnas fracasará en su cometido. Porque, según el sondeo de DYM para FARO, el Congreso de los Diputados que saldrá de los comicios del 10 de noviembre tendrá una composición que dificultará si cabe todavía más la configuración de un Gobierno estable. El líder socialista y presidente en funciones, Pedro Sánchez, volverá a ganar las elecciones pero su situación se debilitará tras el escrutinio de los votos. Y las fuerzas que integran los bloques de izquierda y derecha prácticamente se igualarán hasta neutralizarse. En este contexto, el papel de aquellos que todavía no han decidido a quién van a votar, o siquiera si van a hacerlo, se antoja clave para arrojar luz sobre una situación política endiablada.
La repetición electoral beneficia al Partido Popular, que puede obtener un aumento de votos que lo situaría al borde del 20% de los sufragios, aunque el PSOE repetirá su victoria. También Vox,catapultada por el conflicto catalán, lograría sacar rédito de esta nueva convocatoria, ya que se convertiría en la tercera fuerza política, según se extrae de la encuesta realizada por DYM.
Aún existe un gran porcentaje de indecisos que podrían trastocar la situación, pero la imagen demoscópica del sondeo refleja que el PSOE tendrá después del 10N una posición más debilitada. El más damnificado sería Ciudadanos: la formación naranja pierde casi el 40 por ciento de sus votos, que parecen repartirse entre PP y Vox.
Así las cosas, el bloque de centro-derecha (PP, Vox y Ciudadanos) lograría sumar en este nuevo escenario un porcentaje total de votos superior al que obtendrían los partidos de izquierdas (PSOE, Unidas Podemos y Más País). El PSOE es el partido con mayor intención directa de voto declarada (18,8%), más de siete puntos por encima del PP. Según la encuesta, el PSOE volvería a ganar las elecciones, pero los bloques de izquierda a derecha pugnan por sumar la mayoría en una batalla muy ajustada que dirimirán los indecisos.
La intención de voto declarada permite constatar la fidelidad de los votantes de Vox, y también que los que mantienen más dudas sobre cuál será su papeleta el próximo 10N son los que en abril votaron a Cs y Unidas Podemos (UP), siendo la formación naranja la que muestra un nivel más bajo de fidelidad. Además, se comprueba que Más País se nutre de votantes que lo fueron de Unidas Podemos en los pasados comicios.