El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, vuelve a estar en el ojo del huracán. Las cargas de los Mossos la noche del sábado, en la primera jornada de violencia en Barcelona en una semana, llevaron a Junts per Catalunya (JxC), uno de los dos socios del Govern, a reclamar que se depuren "responsabilidades" por las "imágenes de violencia policial" generadas por la intervención de los agentes autonómicos.

Así lo exigió la portavoz de JxC en el Congreso, Laura Borràs, mientras que el vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa, del mismo partido, denunció la "violencia policial intolerable" en las cargas de los Mossos contra manifestantes independentistas convocados por los CDR delante de la Jefatura Superior de Policía.

Los propios CDR pidieron a las bases de JxC y ERC (el otro socio del Govern) que aclaren si apoyan o no la "actuación desmedida" de la Policía catalana y presionen para que el presidente catalán, Joaquim Torra, destituye a Buch.

Se da la circunstancia de que Buch no es de ERC, como pudiera parecer en un principio, dado que las críticas más acerbas provienen de JxC, sino que está afiliado al PDeCAT, una de las formaciones que nutren la coalición ideada por Carles Puigdemont para las elecciones autonómicas de 2017.

7 detenidos, 28 heridos

Los altercados del sábado en Barcelona se saldaron con siete detenidos, 28 agentes heridos -25 mossos y tres policías nacionales- y siete vehículos policiales dañados. Buch atribuyó los disturbios a una "minoría" que "atentó" contra el derecho de manifestación.

En las protestas de ayer, los independentistas cortaron la autovía A2 para cerrar el paso a autobuses con personas que se dirigían a la manifestación de SCC. Los Mossos tuvieron que acordonar la estación de Sants, en Barcelona para impedir el acceso de las más de 200 personas que se habían concentrado allí convocadas por la plataforma "Pícnic per la República".