Sin contacto alguno y con un permanente cruce de invectivas entre ambas formaciones, PSOE y Unidas Podemos agrandan la brecha abierta tras la fracasada investidura de Pedro Sánchez. El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, advirtió ayer a a Unidas Podemos de que "no están en condiciones" de marcar pautas y exigencias para una nueva negociación de investidura al no haber sabido "aprovechar la oportunidad" y aceptar la oferta para formar gobierno con los socialistas. Ahora esa opción está cerrada por un error de cálculo de la formación que lidera Pablo Iglesias, que "jugó pensando que vale la pena fracasar en algunos intentos porque siempre hay otros por delante", según afirma Ábalos. La opción que ahora queda sobre la mesa es la de buscar un acuerdo programático.

Con Sánchez de vacaciones en Doñana, lo que ayer lo convirtió en blanco de las críticas de PP y Ciudadanos, la de Ábalos fue la principal voz socialista que proporciona pistas sobre el alcance del desencuentro entre PSOE y Unidas Podemos. El responsable de Organización socialista considera que las críticas que llegan de la formación de Iglesias sólo contribuyen a agrandar la brecha. Ábalos reprocha a Unidas Podemos y su entorno declaraciones "poco respetuosas" con los socialistas y "así es muy difícil" lograr la "lealtad recíproca" necesaria para alcanzar un acuerdo. Como muestra de ello puso la réplica a su consideración de que, en el contexto de la política, los desacuerdos tienden a resolverse "en el último minuto". El secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, considera que esa afirmación refleja el "tacticismo" con que el PSOE encara la negociación y considera "una actitud poco responsable llevar una negociación al pitido final". "Hemos estado siempre dispuestos a sentarnos a negociar un acuerdo integral de gobierno", por lo que llevar las negociaciones al último minuto "no es la mejor de las ideas", afirma Echenique. "Creo que con las cosas de comer y con la vida de la gente, con un país entero no se deben hacer tácticas de partido", reprocha a los socialistas.

En medio de lo que parece un distanciamiento cada vez más insalvable entre PSOE y Unidas Podemos, el PP comienza a mostrar su preferencia por unas nuevas elecciones antes que por intentar otra vez la investidura de Pedro Sánchez. La portavoz parlamentaria de los populares, Cayetana Álvarez de Toledo, defiende como postura de partido lo que hasta ahora era su criterio personal y prefiere "ir a las urnas que un gobierno que haga mal" a los españoles, por lo que considera mejor una repetición electoral que un Gobierno del PSOE con el acuerdo de Podemos, los partidos independentistas y "Bildu aplaudiendo". En las preferencias de Álvarez de Toledo pesa también su convencimiento de que los populares mejorarán sus resultados en una vuelta a las urnas al considerar que Vox "ha tocado techo", por lo que muchos de sus votantes volverán al PP. La portavoz popular en el Congreso defiende una coalición "por lo común" con Cs, una posibilidad sobre la que, pese a su reiterado rechazo, insta a Albert Rivera a "meditar". Ese acuerdo entre las dos fuerzas "acabará ocurriendo", sostiene la única diputada del PP por Barcelona, por lo que debe fraguarse "cuanto antes mejor" ante una posible repetición electoral o unas elecciones en Cataluña el próximo otoño.

Como test de las posibilidades de acuerdo entre el PSOE y Podemos, ambas formaciones volvieron a sentarse ayer a la mesa de negociación en La Rioja, donde el rechazo de Raquel Romero, la única diputada de la formación morada, frustró que la socialista Concha Andreu se convirtiera en presidenta regional y rompiera un período de 24 años de ejecutivos populares. Después de 25 días de silencio, ambas formaciones retomaron ayer una negociación que se prolongará durante varios días. Discreción y optimismo son las dos pautas que ambas formaciones considera que deben respetarse para que el proceso concluya con un acuerdo. En julio, el desencuentro de produjo por la pretensión de Podemos de contar con tres consejerías, lo que los socialistas consideran excesivo dada su poca presencia parlamentaria. La única diputada de Podemos se mostró ajena a las indicaciones de responsables nacional de su partido en favor de alcanzar el acuerdo.