Con el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez se inicia la cuenta atrás para la convocatoria de nuevas elecciones generales si antes del próximo 23 de septiembre ningún candidato -y el líder socialista es el único con apoyos suficientes- consigue ser designado por el Pleno del Congreso presidente del Gobierno. Esos comicios, de celebrarse, serían el 10 de noviembre.

El procedimiento de investidura está regulado en el artículo 99 de la Constitución. Un precepto que ya el lunes, en su intervención inicial, abogó por reformar Sánchez para evitar bloqueos, lo que le granjeó las airadas críticas de Pablo Iglesias, con cuya formación, Unidas Podemos, estaba aún negociando.

El Rey, al que hoy informará la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, del resultado de la investidura, debe convocar otra ronda de consultas con los partidos que obtuvieron representación parlamentaria el 28A. Finalizada esa ronda, hará el encargo de formar Gobierno al candidato con más apoyos, es decir, a Sánchez, quien, sin embargo, como Mariano Rajoy en 2016, podría declinar la oferta del monarca. Sánchez aceptó intentarlo con el apoyo de Ciudadanos, pero, como ayer, fracasó. Ya entonces Unidas Podemos no le apoyó.

Tras ese fracaso del líder socialista en marzo de 2016, el Rey, que tiene cierto margen en este punto del procedimiento, aguardó unos días, pero, finalmente, tomó la iniciativa y convocó una tercera ronda de contactos como acicate para comprobar si algún otro candidato podía obtener la confianza de la Cámara.

47 días, no 54

Si el plazo hasta el 22 de septiembre se consume sin que ningún candidato sea investido, el 25 empieza la cuenta atrás de la repetición electoral. Sin embargo, tras la reforma de la ley Electoral operada en octubre 2016 por el Gobierno de Rajoy para impedir que unas terceras elecciones se celebraran el Día de Navidad, el plazo hasta los comicios es de 47 días, no ya de 54