"In extremis" y a petición propia, Ignacio Aguado (Cs) se sentó ayer por fin a la mesa de negociación con Rocío Monasterio (Vox) y la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso. Pero en balde, porque Vox sigue en sus trece y votará en contra de Ayuso en el Pleno convocada para hoy en la Asamblea de Madrid. Una sesión sin aspirante, dado que ni la popular ni el socialista Ángel Gabilondo tienen los apoyos necesarios, pero que al menos permitirá que empiece a correr el plazo de dos meses al término del cual, si ningún aspirante ha sido investido, se convocarán nuevas elecciones.

Monasterio celebró que Cs haya aceptado sentarse a negociar con su partido, lo que consideró un "primer paso" para poder llegar a un acuerdo de gobierno en la comunidad capitalina. Con estos mimbres, y habiendo logrado la foto que lleva dos meses buscando, la cabeza de lista de Vox confió en que antes del 10 de septiembre se alcance un pacto a tres al que su partido le pide "un punto mínimo común denominador".

Pero la comunidad camina ya hacia la repetición electoral. Y Aguado lo considera "probable". Sin embargo, mientras él, Ayuso y Monasterio estaban reunidos, el presidente del PP, Pablo Casado, se mostraba confiado en que la próxima semana puedan ser investidos tanto la candidata popular en Madrid como el aspirante a la reelección en Murcia, Fernando López Miras, que el pasado viernes perdió la votación al negarle la abstención los cuatro diputados de Vox.

Casado se había reunido por la mañana con el líder de Vox, Santiago Abascal. Los dos partidos facilitaron el mismo mensaje: las negociaciones "siguen avanzando". Pero el bloqueo en Madrid persistía. Y desde primera hora, cuando Monasterio confirmó al presidente de la Asamblea, Juan Trinidad (Cs), que Ayuso no contaba con los 12 votos de Vox. Además, dio por "muerto" el acuerdo que PP y Cs presentaron el lunes. "Ni siquiera nos lo han enviado", se quejó. Y lamentó la "falta de interés" de Cs y PP en negociar con Vox, que busca un "programa único".

PP (30 escaños) y Ciudadanos (26) necesitan los votos de Vox para alcanzar una mayoría suficiente, puesto que sin ellos Gabilondo suma a los 37 diputados del PSOE los 20 de Más Madrid y los 7 de Unidas Podemos, es decir, 64.

Aguado culpó a Vox de "bloquear" lo que considera "una mayoría lo suficientemente holgada como para poner en marcha un Gobierno", pero entiende que el partido de ultraderecha tenía "la última palabra". No obstante, censuró sus "berrinches" y "pataletas" de Vox y les acusó de intentar forzar la repetición de las elecciones porque "creen que les puede beneficiar".

Para Ayuso, la postura de Vox se basa en presionar "in extremis" para lograr sus pretensiones, y les reclamó que cedan "más" para poder llegar a un acuerdo con Cs. Pero a su vez juzgó "normal" que el partido de Abascal reclame "la foto" con Cs si se requieren sus votos para la investidura. Y la consiguió.