La fallida investidura este jueves de Fernando López Miras en Murcia y el cruce de acusaciones entre PP, Ciudadanos y Vox, culpándose unos a otros de ese fracaso, hace temer que otro tanto ocurra el día 10 en la Asamblea de Madrid, cuando la candidata popular, Isabel Pérez Ayuso, se someta al escrutinio de la Cámara.

López Miras fracasó necesitando solo la abstención de Vox; Ayuso lo tiene peor aún, pues precisa de los votos a favor de la extrema derecha. Y según su líder, Santiago Abascal, tras lo ocurrido en Murcia, es "más difícil" llegar a acuerdos con Cs y PP. Con los primeros, por el "cordón sanitario francés" que les imponen; con los segundos, por sus "embustes".

Se refería Abascal con estas palabras a que el número dos del PP, Teodoro García Egea, afirmó el jueves por la noche que la dirección nacional de Vox había aceptado que sus diputados en Murcia se abstuvieran. "Yo con Vox no tengo nada que hablar, que nos llamen cuando se aclaren internamente", dijo Egea, quejándose del "espectáculo grotesco" que el partido ultraderechista ofreció en el Pleno de Murcia. "Basta de mentiras y de burdos intentos de división. Somos un equipo", respondió ayer Abascal, para desmentir a Egea.

Sin embargo, Abascal y el líder del PP, Pablo Casado, se reunieron el jueves antes del Pleno de Murcia. Y el número dos de Cs, José Manuel Villegas, y el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, también. Los cuatro, para evitar que la investidura de López Miras fracasara.

Casado ofreció a Abascal un decálogo que el líder de Vox terminó no aceptando porque Cs no se avino a apoyarlo explícitamente. Y los contactos entre Villegas y Espinosa fueron confirmados por la portavoz de Cs en el Congreso, Inés Arrimadas, aunque precisando que no fueron para negociar.

Esta negativa acabó por enervar a Vox. "Se creen que nos chupamos el dedo", protestó su número dos, Javier Ortega Smith, recordando que dirigentes nacionales de Cs ya redujeron el jueves a "un café" la larga reunión en Murcia entre los tres partidos para intentar salvar la investidura.