La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, admite que "cuanto más se aleje la investidura menos sentido tiene presentar unos Presupuestos de 2019". Montero apunta que la tramitación de unos presupuestos es de unos tres meses, por lo que si la formación de Gobierno se retrasa "sería un presupuesto de aplicación para un mes". En esas circunstancias, considera que sería "preferible trabajar en un Presupuesto de 2020", una opción que cobra cuerpo en la medida en que "todavía no tenemos ni fecha ni certeza de en qué momento se va a producir" la votación en el Congreso.

El calendario pasa por la presentación del techo de gasto y los objetivos de déficit en julio y del proyecto presupuestario antes del final de septiembre, lo que deja los últimos tres meses del ejercicio para la tramitación parlamentaria. Condicionada a la formación del nuevo Ejecutivo está también, según la ministra de Hacienda, la reforma de la financiación autonómica y local, una de las exigencias prioritarias de algunos de los grupos dispuestos a respaldar que Sánchez salga presidente. Montero se muestra dispuesta a avanzar en la "armonización fiscal" en los impuestos cedidos a las comunidades si hay consenso para ello.

La ministra da la bienvenida a las indicaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) para mejorar el control y la evaluación de las subvenciones públicas, una sugerencia que no significa que "esa política no funciona", sino que hay que perfeccionarla en ejercicios futuros.