El expresidente del PNV Xabier Arzalluz murió ayer en Bilbao a los 86 años. Estuvo al frente del partido, en dos etapas, entre 1980 y 2004, un tiempo en el que se convirtió en una figura clave del nacionalismo vasco, con gran influencia sobre la política nacional cuando en 1996 su respaldo fue decisivo para la investidura de Aznar en su primer mandato.

Arzalluz, una de las figuras más relevantes tanto de su partido como de la Transición y la democracia española, se afilió al PNV en 1968. Fue elegido diputado nacional por Guipúzcoa en la legislatura constituyente de 1977, cargo en el que fue reelegido en los comicios de 1979.

Casado y con tres hijos, llevaba 15 años retirado de la política. Reapareció en 2005 cuando se publicó su libro Xabier Arzalluz. Así fue, sus memorias. En 2018 participó en un documental en el que reflexionaba sobre los momentos más destacados de su prolongada vida política.

Desde su retiro, vivía a caballo entre sus casas de Bilbao y la cercana localidad de Galdakao, donde poseía un caserío.

La ikurriña a media asta con un crespón negro preside la sede del PNV en Bilbao en señal de duelo por la muerte de su antiguo presidente, cuyo funeral se celebrará mañana en su localidad natal de Azkoitia, en Guipúzcoa.

Responsables de los principales partidos y de distintas instituciones mostraron ayer sus condolencias por el fallecimiento .El lendakari, Iñigo Urkullu, ensalzó a Xabier Arzalluz como "un maestro de la política" y un " abertzale (patriota), militante y dirigente ejemplar", que ha dejado como "legado su pasión por Euskadi". El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, utilizó las redes sociales para enviar sus condolencias a la familia y destacar la "figura histórica" del líder nacionalista.