Ciudadanos y el PP desataron ayer una tormenta de verano a cuenta del viaje en avión oficial de Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, a Castellón, el pasado viernes, para ver un concierto del grupo The Killers, que actuaba en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB). Los dos partidos de la oposición criticaron el uso de un avión oficial para el desplazamiento, después de que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, lo justificara por la visita que el jefe del Ejecutivo le hizo al presidente valenciano, Ximo Puig. El presidente del Gobierno "tuvo agenda institucional todo el día, y por la noche fue al FIB como si se hubiese sentado en un teatro". "¿Qué tiene de menos esa música, que son miles de ciudadanos que están allí, que los que hubiera en un teatro viendo una ópera?", se preguntó Calvo, que insistió en que Sánchez estuvo "todo el día en reuniones", se vio con Puig y, "por la noche, se acercó a un evento cultural. Es decir, tuvo agenda de cultura por la noche". Sin embargo, para Cs, Sánchez usó un avión oficial para acudir a un "evento privado" y a una reunión "informal" con Puig. El PP, mucho más hiriente, se pregunta si los "breves encuentros con autoridades locales y autonómicas, como el presidente valenciano, Ximo Puig", que celebró Sánchez antes del concierto no fueron "para hacer tiempo desde el aterrizaje".